El nuevo Plan de Energía y Clima dispara los objetivos de hidrógeno, renovables y biogás

El texto, que mantiene el grueso del borrador publicado el año pasado, prevé que se creen 560.000 empleos con la movilización de 308.000 millones de euros hasta 2030. De ellos, un 82% serán fondos privados y el 18% públicos. «El PNIEC ofrece una orientación clara para la inversión en nuestro país en un marco estratégico que permite visualizar de qué forma la energía, la conciliación con las políticas climáticas y la vinculación a las políticas industriales son una gran oportunidad para generar desarrollo, empleo, innovación y transformar el sistema energético», afirmó Ribera. Considera que este plan puede contribuir a incrementar el PIB un 3,2%, cuando el anterior fijaba el aumento en el 1,8%.

El nuevo PNIEC eleva el objetivo de reducción de gases de efecto invernadero previsto para 2030 al 32%, frente al 23% estimado en el anterior. Para ello, amplía su apuesta por las energías renovables con la instalación de 76 GW de fotovoltaica (con 19 GW de autoconsumo), casi el doble que la versión de 2020; 62 GW de eólica, un 24% más; 22,5 GW de almacenamiento, lo que suma 2,5 GW a la previsión inicial, y 12 GW de electrolizadores, muy por encima de lo estimado en la Hoja de Ruta del Hidrógeno. De hecho, multiplica por tres los GW previstos hace cuatro años. Este despliegue resulta fundamental para la descarbonización de la industria básica asturiana.

Además, el documento duplica la producción de biogás, al pasar de 10,4 TWh a 20 TWh, otra cuestión en la que el Principado tiene un gran potencial con el aprovechamiento de residuos ganaderos, y sitúa en 1,4 GW la generación con biomasa, que tendrá protagonismo en la térmica de La Pereda cuando complete su hibridación. El texto, incluye, asimismo, la previsión de cerrar las últimas térmicas de carbón en 2025. Se trata de las que tiene EDP, que ya se comprometió a abandonar este combustible para esa fecha. De hecho, prepara la conversión a gas de la central de Aboño. La contribución al mix de estas instalaciones se ha reducido al 1,4%.

El PNIEC también mantiene la previsión de cierre de nucleares, de las que España podría despedirse por completo en 2035. Sin embargo, para garantizar el suministro del sistema, el Ejecutivo sí deja intactos los 26,6 GW de los ciclos combinados. En Asturias están activos los 854 MW de la central de Soto de Ribera.

Según estas previsiones, el 37% de la inversión tendrá por destino las energías renovables, el 28% irá destinado a ahorro y eficiencia, el 17% a redes energéticas y otro 17% a la electrificación de la economía. En este sentido, considera que la demanda eléctrica se disparará un 34% frente a la de 2019, cuando en el PNIEC anterior solo cifraba el alza en un 5%, y que la electricidad debería alcanzar el 35% del total de energía final en 2030, tres puntos más.

Con este escenario, se espera que la dependencia energética se reduzca de forma notable, al pasar de un 61% a un 50%, y el ahorro en la importación de combustibles fósiles se dispare de 67.300 millones de euros a 86.750 entre 2021 y 2030. Además, considera el Gobierno que el gasto energético medio de los hogares bajará del 7,8% de su renta en 2019 al 5,7%, y que la reducción de la contaminación reducirá a la mitad las muertes prematuras asociadas a las emisiones.

El plan contempla también rehabilitar 1,38 millones de viviendas, frente a las 1,2 iniciales, un aspecto importante en Asturias, con uno de los parques residenciales más envejecidos de España; así como disponer de 5,5 millones de vehículos eléctricos.