Los talleres advierten de cierres y despidos por el desplome de las reparaciones de vehículos

El notable aumento del teletrabajo, las restricciones a la movilidad entre concejos y con el resto de comunidades y la debilidad del mercado laboral -con 19.000 asturianos afectados por un ERTE, según las cifras del Ministerio de Seguridad Social- son los factores primordiales que contribuyen a la caída de las reparaciones. «El principal problema es que, sumado a la incertidumbre, el poder adquisitivo está bajando y, en consecuencia, la gente recorta gastos en donde puede», apunta el presidente de la Asociación de Talleres de Reparación de Automóviles de Asturias (ATRA), José Luis Álvarez.

Precisamente, uno de los primeros desembolsos que son objeto de recortes en las economías familiares es el relacionado con los vehículos. Además, si las reparaciones son de cierta envergadura, «muchos clientes prefieren buscar un coche de segunda mano que cueste entre 1.000 y 2.000 euros para tirar con él» Otros optan por renunciar a cualquier tipo de garantía para reducir la factura e incluso «traen ellos mismos los repuestos de un desguace», asegura Álvarez, que en 25 años de trayectoria no recuerda «una época tan mala como esta».

No se atreve a hacer previsiones para este año, marcado por la incertidumbre al igual que el anterior. Dudas que no contribuyen a despejar las medidas restrictivas que ahora el Principado adopta por concejos. Aunque reconoce que hay cierto optimismo por las vacunas, el presidente de ATRA ve oscuro el porvenir. Tras tener que recurrir mayoritariamente a los ERTE aquellos negocios con empleados durante el confinamiento y la desescalada, la incorporación ha sido paulatina y ya está casi completa. No obstante, Álvarez, que cifra la caída de la facturación en más de un 30%, augura que, «si la situación no mejora en dos o tres meses, muchos trabajadores están abocados a engrosar las listas del paro» y habrá negocios que cerrarán.

El presidente de la Asociación del Automóvil del Principado de Asturias (ASPA) -la mayoritaria, con más de 700 empresas-, Rogelio Cuesta, coincide en ese cálculo del desplome medio de ingresos en comparación con otros ejercicios. Las perspectivas para este año son más inciertas que nunca porque «a este sector le afecta cualquier catarro que sufran otros; todo lo que se mueve en el país, para bien o para mal, repercute en nuestra actividad», señala. Aunque la situación de los talleres ha mejorado algo respecto a los primeros meses de la pandemia, la falta de certezas sobre el futuro frena las reparaciones. «Si hay incertidumbre, no cambias las ruedas», pone como ejemplo Cuesta

Por su parte, el secretario general de CC OO de Industria de Asturias, Damián Manzano, pone el acento en las diferencias con la crisis de 2018. Entonces, las ventas -como ahora-, se desplomaron, pero aumentaron las reparaciones. Destaca que el grueso de los trabajadores en ERTE ya han regresado a sus puestos «porque han recuperado carga de trabajo y no creemos que haya motivos para que la situación actual tenga incidencia en el empleo». Su homólogo en UGT-FICA, Jenaro Martínez, comparte el mismo parecer. «En el sector de la venta y reparación de vehículos hay 400 personas en ERTE», lo que supone alrededor del 15% del total de trabajadores. Por otro lado, apunta Martínez, se han iniciado las negociaciones para renovar el convenio colectivo, cuya vigencia finalizó el 31 de diciembre.