Dos empleados prueban un automóvil en un concesionario de Gijón. J. PAÑEDA

El plazo para la entrega de un coche en Asturias se alarga de media nueve meses por la crisis de chips

Los concesionarios asturianos plantean aplicar regulaciones de empleo si la escasez de vehículos se prolonga

Jueves, 18 de noviembre 2021, 04:40

La crisis de los microchips golpea desde hace meses al sector de la automoción. Prueba de ello es que en buena parte de las fábricas de vehículos asentadas en España, como las de Stellantis o Renault, se han anunciado un nuevo ERTE y una prórroga ... del vigente, respectivamente, ante la imposibilidad de mantener los niveles de producción previos a la pandemia. No porque no haya demanda, que, de hecho, es alta, sino porque la escasez de microchips ata de pies y manos a los fabricantes. Pero la repercusión va más allá de estas plantas y afecta, como es lógico, a sus proveedores, como Arcelor, y también a concesionarios y clientes.

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Con el final de los confinamientos y el comienzo de la recuperación, tras los meses más complicados de la pandemia, la demanda de los componentes electrónicos se disparó. Los microchips que incorporan los vehículos -«desde los más básicos hasta los de alta gama»- son unos dispositivos esenciales, ya que de ellos depende el funcionamiento del motor, la dirección asistida y la cerradura de las puertas, entre otras funciones. Aunque obviamente los automóviles más avanzados tecnológicamente, como los electrificados, llevan una cantidad mucho más elevada de microchips. La mayor parte de estos semiconductores proceden de Taiwán y Corea del Sur, pero las plantas dedicadas a esta tarea no dan abasto ante el enorme crecimiento de la demanda tras los confinamientos.

De modo que la falta de estos componentes causa grandes retrasos a la hora de comprar un vehículo. Según apunta José María Salazar, miembro de la junta directiva de la Asociación del Automóvil del Principado de Asturias (Aspa), la demora media se sitúa entre ocho y nueve meses, aunque puede aumentar «en función del acabado que quiera el cliente». Por ejemplo, comprar un turismo con techo solar puede añadir dos meses a la espera, señala. El aspecto positivo es que la demanda se mantiene en buenos niveles, como demuestran las visitas a los concesionarios, que no se han detenido a pesar de las trabas.

Sin embargo, Aspa plantea que si el problema no se resuelve en el corto plazo tendrán que recurrir a regulaciones de personal «Si las marcas no nos dan una solución, lo tendremos que plantear, porque la caída de ventas respecto a 2019 es del 35%», explica el también consejero delegado de Tartiere Auto.

Los concesionarios de la región esperan despejar parte de las dudas entre finales de este mes y principios de diciembre, cuando los fabricantes les presenten sus objetivos para el próximo año. «En el caso de que las marcas confirmen que esta situación se va a prolongar hasta el verano que viene, tendremos que plantearnos los ajustes», reconoce. El objetivo es superar este obstáculo coyuntural, pero que se está prolongando más de lo que se preveía al inicio.

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Más actividad en los talleres

Mientras que las ventas se resienten por la falta de vehículos, los talleres registran un incremento de actividad. «Es cierto que la situación es preocupante, pero en la reparación ocurre lo contrario que en la venta, y la carga de trabajo es buena», señala el secretario de Acción Sindical y Negociación Colectiva de CC OO de Industria de Asturias, José Manuel Cima.

Por su parte, el secretario de Bienes de Equipo, Material de Transporte y TIC de UGT-FICA, José Ramón García Iglesias, indica que la coyuntura es «razonable en ventas y normal en talleres, aunque ya está empezando a afectar en Asturias» la crisis de los microchips. El sector cuenta con alrededor de 3.500 trabajadores en Asturias, que acaban de renovar su convenio correspondiente a 2019-2023.

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