La inflación empieza a hacer mella en el consumo en Asturias. Cada vez se miran más los precios de la cesta de la compra e, incluso, cambian los hábitos, con un repunte del gasto en productos básicos, el aumento de las ventas de las marcas blancas y la reducción de las partidas destinadas a ocio. Así lo apuntan fuentes del sector, pero también lo constatan diversos informes que destacan cómo el aumento de los precios está incrementando el interés por las ofertas y por los productos genéricos
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Con una inflación del 8,7%, según adelantó el INE la semana pasada, y la pérdida de poder adquisitivo que conlleva, las familias cada vez miran más su bolsillo. Se buscan opciones más baratas y se utiliza menos el coche, ante los precios de los carburantes, que vuelven a estar en cifras de récord. De hecho, las últimas subidas se han 'comido' ya la bonificación puesta en marcha a principios de abril.
España se encuentra entre los países europeos con una mayor proporción de ventas de productos de marca blanca, ahora en aumento, y que supera el 40%. Según Nielsen ha crecido casi un 12% en lo que va de año y representa el 43%, mientras que EAE Business School la sitúa por encima del 46%. Este último análisis revela que las mujeres tienen una mayor preferencia por los productos genéricos, así como aquellas personas con menos ingresos y un nivel de estudios más bajo. A mayores estudios y rentas, se valora más el producto de proximidad. Sin embargo, ante el repunte del consumo de la marca blanca, hay categorías en las que aún se prefieren las opciones 'del fabricante'. Son principalmente lácteos, yogures y postres (42,7%), productos de higiene personal (40,3%) y agua, bebidas y refrescos (39,7%).
El informe 'Evolución del gasto con tarjeta en España en tiempo real y alta definición' de BBVA Research señala, por su parte, señala que en mayo el incremento del gasto se moderó en todas las actividades de servicios, sobre todo en las asociadas al turismo y el entretenimiento, como viajes, alojamiento, transporte, restauración y ocio, mientras que las compras de alimentos, libros, farmacia, tecnología y equipamiento repuntaron. Cambian las tendencias en el consumo y se miran más las facturas, porque de hecho el tique medio, aunque subió un 6% interanual, avivado por el repunte de la inflación, lo hace por debajo del IPC. Según el estudio, Asturias se sitúa entre las comunidades con un menor crecimiento interanual del gasto con tarjeta.
Por otro lado, un análisis de Nielsen apunta que el 70% de los productos de la cesta de la compra han subido por encima del 5%, mientras que otro de Kantar subraya que el aceite se ha encarecido un 303% en un año; la pasta, un 183%; los arroces, un 181%, y la leche, un 145%. Asimismo, se está produciendo un fenómeno ya bautizado como 'reduflación' o, lo que es lo mismo, las empresas camuflan la subida de precios con la reducción de cantidades en los envases.
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Gasolina y gasóleo
Y a todo esto se suma la escalada imparable de los carburantes, que prácticamente superan cada día el récord marcado la jornada anterior. El alza de precios ya supera la bonificación de 20 céntimos puesta en marcha por el Gobierno. Sin contar con ese descuento, el litro de gasolina de 95 se sitúa de media en el Principado en 2,143 euros frente a los 1,826 de antes de entrar en vigor el descuento. Es un 54% más caro que hace un año, cuando marcaba 1,386 euros y supone que llenar un depósito medio de 50 litros supera ampliamente los 100 euros. Mientras, la gasolina de 98 octanos está a 2,289 euros frente a los 1,954 de antes de la bonificación y los 1,532 de junio de 2021. La subida ha sido de un 49% en doce meses. En cuanto al gasóleo, es el que ha experimentado un incremento mayor en este último año, en concreto del 56%, al pasar de 1,258 a 1,972 en la actualidad. El 1 de abril se situaba en 1,875 euros y el día que Moscú inició la guerra, el pasado 24 de febrero, costaba de media 1,519 euros. A pesar de esta escalada, su precio ya no supera al de la gasolina, como sucedió durante algunas semanas una vez ya iniciado el conflicto, a causa de la mayor dependencia de Rusia de este combustible.
Lo peor es que esta situación no tiene visos de mejorar. El precio del barril de petróleo Brent, que sirve como referencia en Europa, se ha vuelto a situar por encima de los 120 dólares. El veto de la Unión Europea a la importación de crudo ruso, que supone el 10% de la producción mundial, podría mantener la escalada durante las próximas semanas.
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