J. L. González
Jueves, 5 de diciembre 2019, 03:36
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El marco era el idóneo para lanzar un mensaje en favor del planeta y Reyes Maroto así lo hizo. La ministra de Industria se acercó ayer a la Institución Ferial de Madrid, donde se celebra la Cumbre del Clima, para participar en un debate en el que estaban presentes los responsables de empresas de gran tamaño como Ferrovial, Enagás y Talgo. Y desde allí insistió en dos ideas. La primera, que la descarbonización no es «una amenaza» sino «una oportunidad» y la segunda, que la Unión Europea debe reforzar su compromiso con la implantación de una «política industrial» que permita que todos los estados miembros puedan desarrollar este proceso de forma armonizada.
No fue el suyo un largo discurso. Tras un debate entre seis empresarios que moderó la ex ministra de Economía Elena Salgado, Maroto hizo una breve intervención final en la que dejó entrever cuáles son las líneas que definen su política y la de su Gobierno. No hubo muchas referencias a los compromisos alcanzados con territorios como Asturias en los que el proceso de sustitución y adaptación de industrias contaminantes está haciendo más daño, pero sí un canto a la esperanza basado en las experiencias de las grandes compañías allí presentes, que han sabido aprovechar algunos de los huecos que la descarbonización está abriendo. «Estamos a la vanguardia de muchos procesos. Tenemos una hoja de ruta trazada con medidas que tienen como objetivo lograr la descarbonización del mundo en 2050», señaló la ministra, que colocó a la Unión Europea en el centro de todo el movimiento. «Necesitamos que en este nuevo mandato de la UE se incorpore la hoja de ruta hacia la descarbonización».
El compromiso de la Unión Europea con la transición ecológica está, para la ministra Maroto, demostrado, más después de que la nueva presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, haya mostrado las líneas principales de su 'Green New Deal'. En él está prevista la movilización de 5.000 millones de euros para ayudar a la transición ecológica de diferentes regiones, entre las que se encuentra Asturias, que ya ha presentado 54 proyectos por valor de 743 millones de euros para optar a estos fondos. «La nueva presidenta ha puesto este asunto como prioritario y va a llevarlo al próximo Consejo Europeo», señaló.
El impulso que reclama la ministra a la Unión Europea debe servir también para reforzar la posición de las regiones que más está sufriendo con procesos como el cierre de centrales térmicas. «Hay mucho por hacer y tenemos que ir más rápido, reforzando el acompañamiento. Queremos que los compromisos de la agenda 2030 se conviertan en realidades».
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Para lograr alcanzarlos, Maroto solo ve un camino posible: «Alinear la política industrial con la climática». Una alineación que en Asturias está causando más de un problema, como los derivados del elevado precio de la energía eléctrica, que no se ve compensado por medidas correctoras ni tampoco por programas de apoyo gubernamentales significativos como la subasta eléctrica, reducida ya a poco más que una ayuda testimonial.
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