Una líder infatigable

Quienes la conocen, la califican de brillante, amante del rigor, destacan su enorme capacidad de trabajo, su visión de región, su amplio conocimiento de la realidad empresarial asturiana y su carácter familiar. También su racionalidad y que es muy práctica en la toma de decisiones. Calvo ha desarrollado toda su trayectoria con discreción y normalizando su condición femenina, sin pararse a analizar si con sus responsabilidades iba haciendo añicos clichés forjados durante siglos, pero defendiendo a la vez los avances en materia de igualdad y la incorporación de la mujer a todo tipo de actividades.

Así, esta licenciada en Derecho y Administración de Empresas por Icade, MBA por el Instituto de Empresa y PDG por Esade se incorporó «con naturalidad» a la compañía familiar cuando terminó sus estudios, en un primer momento como responsable financiera y, tras el fallecimiento de su padre en 2008, como directora general, un cargo que a nadie sorprendió. Que la construcción sea un sector masculinizado fue solo circunstancial, aunque con la perspectiva que da el tiempo, reconoce sin embargo que fue una suerte que, en su momento, su padre «tuviese esa visión de igualdad».

Al frente de una de las compañías de la construcción más reconocidas de Asturias, tampoco extrañó que fuera miembro del Comité Ejecutivo de la Cámara de Comercio de Gijon, que diera un paso al frente en la patronal sectorial para ocupar la presidencia del grupo de promotores de CAC-Asprocon, que sea también la vicepresidenta de la Asociación Nacional de Promotores Constructores de España o que se convirtiera en la primera mujer en ocupar una vicepresidencia en Fade. «Es vicepresidenta por su valía, no por ser mujer», recalcó Feito tras su nombramiento.

En algunos momentos, hasta le llegó a cansar la coletilla de 'primera vicepresidenta' de la historia de la patronal asturiana y que se le preguntara constantemente por ello, como reafirmación de que el hecho de ser mujer nada tenía que ver con su nombramiento. Sin embargo, a pesar de esa naturalidad, lo cierto es que María Calvo está abriendo camino a un grupo de mujeres que cada vez pisa con más fuerza dentro del empresariado asturiano. «Enseñar, romper, dar el primer paso es lo más difícil», reconocía en las jornadas 'Futuro en femenino', que organiza este periódico, porque «una de las barreras es quizá que nosotras mismas no nos planteamos ejercer determinadas profesiones porque no las hemos visto, porque no se nos ha pasado por la cabeza».

Por ello, ve fundamental que las mujeres se visibilicen y se visualicen en determinados puestos o sectores. «Que una variedad de trabajadoras que ocupan perfiles tradicionalmente masculinos levanten la voz es beneficioso», asegura, a la vez que defiende la necesidad de conciliar.

Mujer muy familiar, reconoce las dificultades de compaginar sus obligaciones laborales como empresaria con su faceta de madre de dos hijos. «Hacen falta guarderías públicas, horarios flexibles, mecanismos que nos permitan a todos desarrollar nuestra profesión», insiste. De confirmarse su elección, sus obligaciones aumentarán exponencialmente.

Para acceder al cargo cuenta con el apoyo por «unanimidad» del consejo ejecutivo de Fade, que decidió lanzar su candidatura como apuesta «de consenso» para «dar continuidad al ilusionante proyecto» iniciado por Feito hace tres años y medio, con el que se propuso volver a dar voz al empresariado asturiano, ganar en influencia y articular un nuevo modelo de gobernanza basado en una mayor participación.

En este tiempo, Calvo ha trabajado codo con codo con el actual presidente de Fade. De hecho, fue ella la encargada de presentar en 2018, junto al asesor jurídico de la organización, Javier García, el documento '22 acciones ineludibles para el progreso de Asturias', la hoja de ruta de los empresarios para lograr el despegue económico de la región. Entre esas medidas destacan la atención al proceso de descarbonización, la fiscalidad, los problemas de adecuación entre la formación y las necesidades de las empresas o el desarrollo de infraestructuras. De ahí que se espera que su llegada al liderazgo de Fade -se convertiría en la novena presidenta de la patronal- tenga un carácter continuista, en la clave de apostar por un proyecto de unidad y participativo, pero a la vez reivindicativo, justo en un momento clave para la economía asturiana, en el contexto de la recuperación de la pandemia y con la llegada de fondos europeos que requerirán más que nunca de la colaboración público-privada.