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Los candidatos a la presidencia de la Federación Asturiana de Empresarios (Fade) abordan en sus programas electorales las grandes preocupaciones de la patronal, aunque ... desde visiones diferentes, no tanto en cuanto a los objetivos como a la manera de llegar a ellos. Así, la presidenta en funciones y aspirante a la reelección, María Calvo, apuesta por el continuismo para seguir con el trabajo iniciado hace cuatro años, mientras que el empresario José Manuel Ferreira se decanta por «una nueva Fade» que permita a las empresas mejorar sus expectativas. A continuación, expondremos las propuestas de los candidatos en cuatro de los grandes retos.
Organización de Fade
Calvo aboga por una organización interna «sólida, representativa y profesionalizada» y para ello plantea crear un consejo ejecutivo formado por empresas de distintos tamaños y sectores, en el que cada miembro tendrá «funciones claras y compromiso operativo». Además, propone crear una mesa de coordinación entre Fade y las cámaras de comercio, que permitirá «definir claramente el papel de cada entidad, evitando solapamientos», y que haya una representación mutua en los consejos de la federación y las cámaras. Para optimizar la estructura de la patronal, Calvo también plantea rediseñar las mesas de trabajo para «abordar los grandes retos» y desarrollar una comunicación «más cercana y de confianza».
Por su parte, Ferreira quiere revitalizar la calidad democrática de la organización mediante la promoción de la pluralidad en las asociaciones, «por delante de los personalismos». También pretende modificar los estatutos para rebajar de 35 a 10 los avales necesarios para ser candidato en los procesos electorales y para que los miembros de la junta directiva no puedan avalar, salvo por su pertenencia a una empresa o asociación. Además, rechaza que ningún sector presente en la comisión ejecutiva pueda aportar más votos que todo el resto de la junta directiva, para evitar el «secuestro de la voz de los empresarios». Con el objetivo de reforzar la cultura empresarial, si sale elegido, trabajará en la creación de un código de valores que «guíe el comportamiento de los miembros de la organización» y dará más protagonismo a las asociaciones en los ámbitos de participación y representación de Fade.
Fiscalidad
La fiscalidad es uno de los grandes caballos de batalla de Fade desde hace años. En esta materia, Calvo propone exigir una reducción progresiva del coeficiente multiplicador por patrimonio preexistente en el grupo II (descendientes mayores de 21 años y cónyuge) hasta su equiparación con el I (los menores de esa edad), una bonificación del 99% en la transmisión de empresas familiares por sucesión o donación cuando se mantenga la actividad y el empleo y que se establezca un marco fiscal que incentive el adelantamiento planificado del relevo mediante donación. Asimismo, asegura que defenderá la bonificación total del impuesto sobre el Patrimonio, una bajada del IRPF en el tramo autonómico y mejoras en la fiscalidad de las empresas.
El programa de Ferreira aboga por utilizar toda la capacidad de negociación del colectivo empresarial para que el sistema fiscal asturiano «deje de ser un instrumento de competitividad negativo que penalice» frente a otras comunidades. «Perseguiremos con ahínco la implantación de un sistema fiscal inteligente que permita a las empresas asturianas, y a las que puedan venir, disponer de una fiscalidad acorde con las regiones del entorno, sin cuestionar la necesaria coexistencia de un sistema tributario justo», recalca. En este sentido, lamenta que el empresariado sea «la gallina de los huevos de oro, a la que algunos irresponsables codiciosos quieren hacer la vida imposible», al tiempo que destaca que el Ejecutivo que prime la eficiencia frente a la comodidad «encontrará en Fade la solución a muchos de sus problemas».
Formación
La falta de mano de obra es una queja constante de la patronal asturiana. De ahí la importancia de la formación para adecuar perfiles. En este aspecto, Calvo, si resulta reelegida, defenderá que la Formación Profesional Dual sea «un modelo sólido, con más empresas implicadas y más alumnos preparados». También exigirá que el sistema educativo se anticipe a lo que realmente necesita el mercado laboral: «Basta de formar para el paro», recalca. Entre sus reclamaciones a la Administración también figura que el Servicio Público de Empleo «deje de ser una oficina de espera», y para ello se necesita, a su juicio, más orientación y evitar que se alarguen las prestaciones. Además, asegura que promoverá «incentivos eficaces» para que las empresas puedan incorporar talento de forma rápida y sin trabas, «venga de donde venga».
En un sentido parecido, Ferreira incide en la necesidad de «anticiparse y trabajar en procesos de cualificación y recualificación, abarcando desde los ámbitos más especializados hasta los niveles operativos». A corto plazo, la atracción de talento externo puede ser una solución, apunta, pero a medio y largo «la clave radica en la mejora de la cualificación y en el impulso del crecimiento económico», facilitando la incorporación de nuevos trabajadores al mercado. En este contexto, la nueva Ley del Servicio Público de Empleo «debe representar una oportunidad para modernizar y hacer más eficiente el sistema de intermediación laboral y formación», de modo que garantice una respuesta ágil y eficaz a las necesidades de las empresas. En este sentido, señala que la patronal debe desempeñar un papel activo en su diseño e implementación.
Burocracia
La carga burocrática es un pesado lastre para el empresariado asturiano. Por ello, Calvo se compromete a «no permitir más ineficiencia» y a estar «vigilante». «Exigiremos agilidad, respuestas y responsabilidad», así como una reducción normativa «sin excusas». Su máxima es «menos normas, pero más eficaces». Asimismo, defenderá que se use la declaración responsable y el silencio positivo siempre que sea posible. Además, plantea elaborar una clasificación del funcionamiento burocrático de organismos públicos.
Para Ferreira, la abundancia de normas y «la falta de claridad de los procedimientos se transforma, a menudo, en un exceso de burocracia paralizante». Para evitarlo, propone crear grupos de trabajo con el objetivo de recomendar e impulsar, «por quien corresponda, procesos de eficiencia reguladora en los diferentes mercados» que agilicen la gestión para las empresas. En este sentido, destaca que la experiencia personal de su candidatura «ha servido para desbloquear inversiones o agilizar procesos en el ámbito local», procedimiento que pretende extender y «aplicarlo desde la fuerza de los empresarios que representa Fade».
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