La estética de la marcha minera se ha vuelto más llamativa. Encima de las camisetas verdes y negras, hoy se han enfundado los obligatorios chalecos reflectantes. La novena etapa discurre por la autopista que sale de Benavente hacia Villalpando, y ello ha impedido que los ... vehículos de apoyo circulasen ralentizados al ritmo de los participantes.
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Solo en las áreas de descanso se ha podido hacer el habitual reparto de agua y comida, con lo cual, muchos se vieron obligados a llenar las alforjas de agua y bebidas isotónicas. Y eso que el calor no ha apretado. Al contrario, a las siete y veinte de la mañana, con los primeros pasos hacia el asfalto, no sobraban las sudaderas.
Las muestras de apoyo continúan tomando las formas más variadas. Desde las fabes con almejes que Violeta Sánchez, tía de la minera Shaila Hidalgo llevó a Villapando desde Langreo, con camping gas incluido, al extrabajador de la mina que utilizó su moto para colgar una pancarta de ánimo.
Ya en el destino, esperaba a la marcha del carbón el eurodiputado Antonio Masip frente al Consistorio de la localidad, donde también aguardaba el alcalde. No obstante, la Guardia Civil no permitió que el grupo se desviase hacia el centro de la villa, de modo que el parlamentario europeo se desplazó al polideportivo a brindar su apoyo a esta tercera marcha del carbón.
El que fuera consejero de Cultura y regidor de Oviedo aseguró encontrarse en esta población zamorana «para defender los intereses de Asturias y hacer un llamamiento a que en la reunión del lunes, el Gobierno se baje del pedestal de incomunicación». Y de manera rotunda, afirmó que «cerrar las minas es una barbaridad. Sobre todo porque se va a seguir consumiendo carbón y vendrá de países como Sudáfrica, donde hay peor seguridad en las minas y menor respeto medioambiental». Recordó además Masip que la lucha de los mineros «no es solo por sus empleos, si no por sus comarcas». De este modo, «no puede venir Soria con la guillotina en 2013».
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El lunes, en Estrasburgo, Antonio Masip dispondrá de un minuto simbólico para enarbolar, ante una audiencia que habla 23 idiomas, su defensa del mineral autóctono. «No me gusta llevarlo escrito, pero esta vez tengo que hacerlo porque en el Parlamento Europeo al terminarse el tiempo no es que te quiten el micro, pero te cortan la traducción», comenta. Nada que ver con los tiempos que estamos acostumbrados a ver en los plenos de la cámara baja asturiana y española. Esta alocución, que podrá seguirse en directo a través de la web del Parlamento Europeo, tendrá lugar poco después de la entrevista que mantendrán las centrales con el ministro Soria. Además, el miércoles próximo, diez sindicalistas mineros (cinco del SOMA y cinco de CC OO) se desplazarán a la sede del Parlamento Europeo. Masip comenta que pese a haber aún algunos obstáculos con las entrevistas programadas, «confía» en solventarlas antes de que llegue el momento.En una línea de reivindicación similar se expresaba Chus Pedro, la mitad de Nuberu, que para la ocasión ha vuelto a juntarse con Manuel Peñayos para tocar sus canciones de temática obrera y minera en un auditorio que no podía haber sido más receptivo. El cantante del grupo asturiano dejó clara su afinidad con la lucha diciendo que Nuberu «respiramos carbón, no soy minero pero sí sociológicamente». Al ministro Soria le pide «que tienda puentes, en vez de dinamitarlos».
Tanto Pedro como Peñayos lucen camisetas con el lema «Dar tira», que en jerga minera es un término solidario de trabajo en cadena, y el título de una de las canciones más coreadas. Está basada en un poema de Manuel Asur.
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«Cuando tea apechugando
per fuera de la mina
lo mesmo que per dientro,
¡Compañeru,Dame tira!
«Cuando me retiren ya
y sólo seya un pensionista
igual que si trabayare
¡Compañeru,dame tira!
La cantante de tonada asturiana Anabel Santiago también contribuyó a alegrar esta comida con sidra y productos asturianos, que vino desde la clínica langreana Martínez Cortina como ayuda y respaldo a la marcha negra. Así lo explicaba su portavoz, Marino Franco, que hizo hincapié en la necesidad de mantener alta la moral de los mineros en su caminata hasta la capital de España con esta espicha.
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