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La carretera N-VI que une Villacastín con San Rafael transcurre sinuosa entre tierra seca, matorrales y piedras, con cuestas larguísimas que suben y bajan, conformando el escenario ideal para los toros de Osborne. Y poniendo a prueba las rodillas, los tendones y los músculos ... tibiales de los mineros.
Según Cruz Roja, en esta etapa cinco o seis han tenido que subirse a los vehículos con hielo en las partes inflamadas, imposibilitados para culminar la jornada. Muy contra su voluntad. Pero al menos no se han llevado el susto de Óscar Villa, un leonés de La Robla, que sintió como su brazo empezaba a brotar con una erupción «enorme». Subió a la ambulancia, y en ella se desmayó. Con las sirenas sonando, se sembró la alarma por unos instantes, pero a los pocos minutos ya se hallaba tendido en una camilla improvisada en el polideportivo, atendido por Chema, el exmédico de Hunosa que está de voluntario en la marcha. Tras una dosis de corticoides y dos bolsas de suero después, «como nuevo, mañana más», comentaba el propio afectado. Se perdió el recibimiento en San Rafael, pero no la comida de hoy, netamente asturiana, gracias a los donativos de La Peral, con doce quesos, y a los doscientos kilos de Xata Roxa que incluso daban a elegir entre carne de ternera asturiana a la plancha o guisada.
En la comida se presentó el alcalde ´popular' de la localidad segoviana, que se mostró solidario con la marcha, obteniendo un aplauso generalizado. «A ver si no lo echan», se oyó comentar en las mesas con cierta preocupación.
En la etapa de hoy, un autobús de Langreo cruzó la meseta bien entrada la noche para acompañarlos en este décimosexto día, y ocho compañeros de filas del Caudal viajaron expresamente para echar una mano con tenedores, manteles y servilletas.
También estuvo integrado en la marcha Maximino García, secretario general de la Federación de Industria de Comisiones Obreras de Asturias. Se mostró partidario de «rebajar la tensión» y que la lucha minera no se convierta en un «enfrentamiento entre policías y nosotros. La Policía no es el enemigo», zanjó, porque a su juicio esta imagen puede «debilitar» el apoyo de la gente. Eso sí, «los piquetes no van a acabar», recordó. El martes habrá varias reuniones a nivel sindical con el objetivo de «cohesionar» propuestas para «reorientar» las acciones de los mineros, que «no terminarán» el día 11 en Madrid.
En lo que respecta a la manifestación en las calles de la capital española, que discurrirá por la Castellana desde Colón a las puertas del Ministerio de Industria, Juanjo López, que será el encargado de la seguridad de la protesta por parte del SOMA ese día, se atreve a cifrar en «más de cien mil» las personas que acudirán a apoyar a los mineros en sus reinvindicaciones. Señala que han «recibido llamadas» de muchas asociaciones, movimientos, y gente particular que quiere brindarles su apoyo. Le preocupa la seguridad, aparte de porque sea su responsabilidad, «porque tengo claro que la gente a la mínima puede saltar, la otra vez fue por unos bollos preñaos», apunta. «En estas últimas 48 horas las cosas se han puesto muy mal en Asturias», comenta preocupado. Mientras llega el miércoles y no, continúa repartiendo bollos preñaos desde el camión de la intendencia, pero de los que se comen y no de los que son arma arrojadiza.
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