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ÓSCAR PANDIELLO
OVIEDO.
Sábado, 30 de marzo 2019, 03:55
Las crisis de identidad de las ciudades de tamaño medio, que viran hacia los servicios en detrimento de la actividad industrial, es uno de los principales síntomas de la economía europea moderna. Este fenómeno «está expulsando la actividad y la industria para generar ciudades ... preciosas, para pasear y pasar un fin de semana. Son ciudades decorado, donde pasamos un rato muy agradable en las terrazas pero donde el talento joven más formado emigra porque no encuentra empleo». El diagnóstico, con el que se podrían sentir identificadas varias ciudades del Principado, lo enunció ayer el exministro de Trabajo y Asuntos Sociales (1999-2000), escritor y empresario Manuel Pimentel, que ayer acudió a la Cámara de Comercio de Oviedo para hablar de las perspectivas económicas de España de cara a los próximos años.
Este «rechazo social» hacia la industria y las dificultades para atraer los centros directivos de las nuevas empresas surgidas a raíz de la economía digital resulta clave a la hora de definir el futuro económico de estas ciudades, según explicó. «Quien tenga el centro de estas grandes empresas se lo llevará todo. En nuestro país está concentración se ve de manera espectacular con Madrid», sostuvo.
El auge de los empleos relacionados con el sector servicios, añadió, va estrechamente relacionado con los altos índices de precariedad que muestra el mercado laboral español. Una situación difícil de revertir «a corto plazo». «La precariedad va vinculada al tipo de actividad. Si somos un país de camareros lógicamente va a haber picos de empleo asociados a los ciclos del turismo. Si hay industria habría un empleo de medio y largo plazo. Por tanto no hay visos de que las estructuras económicas cambien a corto plazo», argumentó.
El encuentro, al que acudieron decenas de empresarios vinculados a la Cámara, con su presidente Carlos Paniceres al frente, abordó algunas de las problemáticas a las que se enfrentará el empresariado español durante los próximos años: desde la guerra comercial entre Estados Unidos y China hasta el «grave» y endeudamiento mundial que afrontan familias, empresas y estados. Pimentel, en este sentido, afirmó que los últimos datos macroeconómicos «no significan necesariamente» una nueva recesión: «Pero una desaceleración seguro. Lo que no se puede prever es si habrá un susto mayor o no», concluyó.
También incidió el exministro de Trabajo en la necesidad de eliminar del imaginario colectivo la impresión «de que el empresariado ha sido el culpable de la crisis». Una situación normalizada, según argumentó, en la sociedad española. «Los empresarios tenemos que crear nuestro propio relato. Es importante que la CEOE vuelva de sus vacaciones y forme un discurso más poderoso, lo necesitamos», subrayó.
Sin entrar en los programas de las distintas fuerzas políticas, Pimentel sí quiso dejar claro que las últimas medidas económicas de Pedro Sánchez «no ayudan» a mejorar la creación de empleo y la iniciativa empresarial. «El programa más acertado será el que no suba los factores base y los impuestos a la empresa», afirmó.
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