La luz alcanza hoy el precio más caro de su historia

Por tramos horarios, el precio máximo de la electricidad para este lunes se dará entre las 19 horas y las 20 horas, con 500 euros/MWh, mientras que el mínimo, de 379,02 euros/MWh, se registrará entre las 23 y la medianoche, según datos publicados por el Operador del Mercado Ibérico de Energía (OMIE).

Nunca antes la energía eléctrica había sido tan cara, y eso a pesar de que 2021 cerró como el de los precios más elevados de la serie histórica, con un coste medio de 111,93 euros/MWh. Pero la escalada no ha tocado techo en 2022 y el golpe a los consumidores está resultando brutal. Según datos de Facua, el recibo eléctrico de un usuario medio con la tarifa regulada alcanzó en el mes de febrero los 131,9 euros, un 111,5% más que los 62,08 euros del mismo mes del pasado año. Lo peor de todo es que este alza de precios se produce con la guerra entre Rusia y Ucrania como telón de fondo, pero en un momento en que el conflicto aún no ha golpeado de lleno a los bolsillos de los ciudadanos, con lo que se da por seguro que la situación seguirá empeorando y se traducirá en un incremento aún más desbocado, en una suerte de tormenta perfecta. Claro que si el pequeño consumidor se ve afectado por el aumento del precio de la luz, para la industria, especialmente para las electrointensivas, el efecto es devastador, ya que si para algunas supone una dificultad añadida a la hora de cuadrar sus cuentas, para otras pone directamente en riesgo su supervivencia.

Ya antes de que Rusia decidiera invadir su país vecino, la evolución de los costes energéticos estaba condicionando la actividad de las plantas electrointensivas. En el Principado, Asturiana de Zinc ha llegado a paralizar la producción en las horas más caras del día ante la imposibilidad de asumir tales costes. Igualmente, Arcelor ha advertido de la pérdida de competitividad que suponen los elevados precios de la energía. También afrontan grandes problemas las electrointensivas de Cantabria: Ferroatlántica mantiene tres hornos parados en Boo de Guarnizo al menos hasta abril, Global Steel Wire ha tenido que elevar el precio de venta de su acero, y Reinosa Forgings & Castings, que hasta ahora acomodaba su producción a los tramos valle del precio de la luz, acaba de anunciar que, a partir de mañana y durante una semana, parará sus instalaciones de acería y fundición ante unos inasumibles sobrecostes.

Las electrointensivas ya se resintieron del encarecimiento de la electricidad en 2021, y para este ejercicio las perspectivas son aún peores, complicando para muchas firmas la posibilidad de abordar inversiones para iniciar una transición hacia sistemas energéticos más eficientes y aumentando el riesgo de deslocalizaciones de la producción o incluso de su cierre. No deja de ser cierto que, si bien la guerra que ha estallado en Europa va a repercutir en los precios de la luz, España se encuentra ante este nuevo escenario en un momento ya crítico y con un pésimo punto de partida: las electrointensivas de Francia, por poner un ejemplo bien cercano, pagan cinco veces menos por su suministro energético.

La industria se prepara para encajar el golpe que el conflicto bélico supondrá para la economía. Si hoy es el incremento del coste de la luz lo que está sobre la mesa, tarde o temprano lo estarán el precio del gas, del petróleo y los combustibles, de los cereales y los fertilizantes, junto a la escasez de componentes de los que depende la industria de transformación, con un efecto en cascada que terminará repercutiendo en cada uno de los sectores productivos.