Loreto Ordóñez y Mariel Díaz, ingenieras del año en Asturias

Ha sido la primera vez, en las nueve ediciones del premio, que junto a la EPI conceden Caja Rural de Asturias y Sacyr Fluor, que ha recaído en dos mujeres. El jurado que las eligió estuvo compuesto por Felix Baragaño, presidente de la Cámara de Comercio de Gijón; Juan Carlos Campo, director de la Escuela Politécnica de Ingeniería de Gijón, Marcelino Gutiérrez, director de EL COMERCIO; Enrique Macián, presidente del jurado y primer galardonado en 2014; Fernando Martínez, presidente de Caja Rural de Asturias; Gonzalo Martínez, director de La Nueva España y Adelino Álvarez, de Sacyr Fluor.

Ninguna de las dos podía ocultar su satisfacción por el reconocimiento y, sobre todo, por poder dar, a través de sus personas, una mayor visibilidad al sector femenino. «Las mujeres tenemos el talento, la formación y la capacidad para ser claves en la sociedad, en los equipos y organizaciones de hoy y del futuro», afirmó Loreto Ordóñez quien resaltó la importancia de «que las profesionales vinculadas a este ámbito seamos capaces de transmitir y dar visibilidad al gran valor que una ingeniera para contribuir al progreso de la sociedad». En la misma línea, Mariel Díaz, recordó que «aunque se está avanzando, aún queda mucho camino por recorrer».

Loreto Ordóñez, ingeniera de minas por la Universidad de Oviedo y por la Université Libre de Bruxelles calificó el premio como «un gran honor considerando que proviene de mi tierra». Un origen al que le achaca su vocación. «Nacer en una región de tradición industrial como Asturias, es un factor que influyó y determinó mi trayectoria profesional».

En su brillante curriculum destaca su importante experiencia en el sector energético con un fuerte compromiso hacia la transición de la economía neutra en carbono, su reconocimiento como una de las mejores CEO del país, y su nombramiento como Caballero de la Orden del Mérito de Gobierno Francés. Ordóñez se siente «afortunada de haber desarrollado mi carrera profesional en el sector energético», destacando especialmente los últimos 20 años en Engie. La empresa, apuntó, se dirige hacia una transición verde «que será clave y que está desempeñando un papel fundamental en la respuesta global ante las crisis que estamos viviendo». Un trabajo que le «enorgullece y llena de satisfacción» y que considera fundamental que llegue a todo el mundo para que «podamos mover conciencias e impulsar el cambio de mentalidad que necesitamos».

«Es uno de los reconocimientos más bonitos que he recibido hasta ahora y de mi carrera como ingeniera», declaró Mariel Díaz poco después de conocer el fallo. Un galardón que recibe como «una oportunidad de inspirar a los jóvenes a innovar, a luchar por sus objetivos y a pensar que es posible hacer las cosas de manera diferente». Es ingeniera mecánica por la Universidad de Oviedo, ingeniera industrial por la Universidad Distrital Francisco José de Caldas (Colombia) y máster en negociación por la Universidad de Harvard, además de fundadora y CEO de Triditive, dedicada a la fabricación de impresoras 3D.

Díaz cree que es importante crear en Asturias «un ecosistema amable para que proyectos de innovación tecnológica puedan sobrevivir y generar oportunidades de empleo. También para retener y traer de vuelta el talento que se haya marchado».