Lada y Soto de la Barca cumplen seis meses inactivas y sin proyectos de futuro

El pasado 30 de junio, ambas centrales se desconectaron oficialmente de la red, aunque su actividad era mínima desde tiempo atrás. Mientas que la de Lada cuenta desde el verano con el permiso del Ministerio para la Transición Ecológica para cerrar sus instalaciones, la de Soto de la Barca obtuvo la correspondiente resolución esta misma semana. Ambas comparten la ausencia de proyectos definidos para generar nueva actividad en los territorios afectados. Al menos, no lo han transmitido públicamente, como sí han hecho en otras comunidades, lo que despierta numerosos recelos en Asturias. De hecho, Iberdrola informó en diciembre de que hasta verano no prevé desvelar sus propuestas. Aunque asegura que no renuncia a un gran proyecto para Lada, se inclina más por un conjunto de varias iniciativas interconectadas, ya que, apunta, tienen un mayor impacto cuando de lo que se trata es de hacer una transición industrial.

En el caso de Soto de la Barca, tampoco hay proyectos definidos. Hace unos meses se barajó la posibilidad de construir dos parques eólicos en la zona, aunque fuentes de Naturgy recalcan que solo es una de las propuestas surgidas en el marco de los convenios de transición justa. Nada definitivo. A medida que pasan los meses sin tener noticia de alternativas para el futuro, la preocupación entre trabajadores y vecinos aumenta. «Pedimos que se aprovechen las partes de la central para una actividad industrial», apunta el presidente del comité de empresa, Víctor Manuel Álvarez, de CC OO.

La térmica cuenta con captaciones de agua y electricidad, lo que supone una ventaja para poner en marcha un negocio industrial. Soto de la Barca ya está en fase de predesmantelamiento y la mayoría de los trabajadores han sido recolocados en otros centros de trabajo de Naturgy. Tan solo están pendientes de destino cinco, mientras que otros seis permanecen para realizar labores de mantenimiento. Álvarez considera que un proyecto relacionado con el almacenamiento energético será el más conveniente.

De hecho, una ingeniería asturiana tiene en estudio una iniciativa de esta naturaleza, aunque no han trascendido más detalles. En cualquier caso, el representante sindical descarta otros usos, como el hotelero. «No pueden taparnos los ojos y la boca con otra cosa. Perder ese terreno, la captación y la subestación a cambio de un negocio turístico no es de recibo», subraya.

En Lada también impera la misma incertidumbre. Ante esta coyuntura, el secretario general del SOMA-Fitag-UGT, José Luis Alperi, reclama «un proyecto verde y singular» tras haber estado 70 años generando electricidad con carbón en dicho emplazamiento, «con todo lo que supuso para el territorio de bueno y malo». El descontento con Iberdrola aumenta por momentos, ya que el sindicato tiene constancia de que ante la eléctrica se presentó, al menos, un proyecto «muy interesante, pero le dio largas». Asimismo, Alperi sugiere que la planta de hidrógeno que anunció la compañía -con 100 millones de inversión y la generación de 150 empleos-, sin ubicación determinada, encajaría a la perfección en Asturias. «Qué mejor sitio con la regasificadora, los terrenos que hay en Lada y la calidad de los proveedores y mano de obra asturiana y, además, a veinte minutos de los puertos», destaca. Hasta el momento, «solo hay cortinas de humo en forma de plataforma de escucha activa».