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La Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil encontró en la justificación de los gastos de los cursos de UGT e IFES indicios de supuestos delitos de fraude de subvención porque «en ocasiones aumentaban los costes de manera que no se correspondía con ... lo gastado ni con el servicio prestado». Así lo ha declarado hoy el instructor de las diligencias correspondientes a este caso en la cuarta sesión del juicio, que se celebra en el juzgado de lo Penal número 3 de Oviedo. Además, en los gastos asociados «se había repercutido un importante montante de nóminas de los trabajadores de UGT que no habían participado en la formación». Hasta el 75% del salario se había pagado con cargo a las subvenciones, según la UCO, que apunta el vínculo estrecho entre UGT e IFES (el organismo creado por el sindicato para llevar temas de formación), hasta tal punto que funcionaban «como un solo grupo».
Sobre los sobrecostes generados al utilizar empresas intermediarias (Localmur, Infastur y Formación 2020) para alquilar locales y suministrar equipamiento y materiales, el instructor señaló que esta operativa permitía a UGT e IFES justificar todos los costes, de manera que la subvención correspondiente los cubría «por completo» y, además, según la UCO, esto les permitía quedarse con parte de esos fondos para costear su propia estructura. Inicialmente, IFES se ocupaba de todas estas tareas, que luego se derivaron a las tres mercantiles, a pesar de que era más costoso, apuntó. Según explicó, un documento hallado en el lugar de trabajo del director territorial de IFES en Asturias, Andrés de Dios (ya fallecido), revelaba que no se podían repercutir como gastos las compras (solo su amortización), por lo que era necesario recurrir a alquilar locales y equipos para justificar esos costes antes el Servicio Público de Empleo del Principado (Sepepa) y así recibir mayor cuantía.
Además, según el agente, «cuando IFES recibía una factura de Localmur, la pasaba a UGT con un plus», pero no encontraron pruebas que explicasen ese valor añadido que argumentan las defensas. Lo mismo, añadió, ocurría cuando era Infastur quien facturaba a IFES. «Se facturaba por ordenadores viejos y ya amortizados», indicó como una de las presuntas irregularidades detectadas. Como «un caso llamativo» destacó que se impartían los mismos cursos, con las mismas horas y se facturan cantidades distintas con la misma empresa como beneficiaria en distintos años.
En el juicio también declararon como testigos dos docentes y un coordinador que trabajaban para IFES en el periodo investigado, correspondiente a las convocatorias de planes de formación de 2010 a 2012. Las profesoras señalaron que todos los temas de intendencia los trataban con el coordinador de cada curso y negaron que hubiera administrativos de IFES en las sedes donde se impartían (UGT argumenta que cargó parte de las nóminas como gastos porque trabajadores del sindicato se dedicaban a estas labores de gestión). En concreto, sobre el local de Navia sí conocían que se habían conectado dos que eran independientes, uno perteneciente a UGT y otro a IFES.
Por su parte, el coordinador (anteriormente vinculado a UGT, al igual que las dos docentes) se reafirmó en que Andrés de Dios había sido nombrado por la cúpula del sindicato en Asturias («es lo que él me contó a mí») y que todos los trabajos relacionados con la formación los realizaba IFES. En caso de avería informática, recurrían a la empresa Premier, pero en ningún caso estas tareas las realizaba personal de UGT.
También prestaron su testimonio los propietarios de tres locales alquilados por IFES para impartir cursos. En el caso del situado en la calle Sacramento de Oviedo, la hija del entonces dueño (ahora es de su madre) confirmó que se había cambiado el contrato para que en lugar de figurar IFES como arrendatario lo hiciera Localmur. Mientras que el propietario del bajo ubicado en la calle Campoamor de Navia indicó que había llegado a un acuerdo con UGT a través de Arturo Verano, que era responsable de la unión comarcal de la zona, y que seis meses después se había hecho otro contrato con Localmur. «Nos lo pidieron», apuntó, al tiempo que ratificó que había dado su permiso para realizar las obras de unión entre su local y el de UGT.
En cuanto al antiguo propietario del local de la calle Fuente de la Plata de Oviedo, declaró que había tratado directamente con Andrés de Dios, aunque fue Localmur quien lo alquiló, y asumió que fue suya la idea de realizar la operación mediante un contrato de alquiler con opción a compra para aumentar las posibilidades de encontrar un arrendatario.
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