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NOELIA A. ERAUSQUIN
GIJÓN.
Domingo, 9 de diciembre 2018, 02:48
La patronal de la construcción asturiana, CAC-Asprocon, celebrará el próximo viernes en Covadonga sus 40 años de historia, un aniversario que hará un guiño al tricentenario del Real Sitio y que llega en plena etapa de recuperación del sector, pero con sombras que ... no le permiten confiarse ni afirmar abiertamente que ha dejado atrás la crisis. Además, este cumpleaños coincide con el concurso de fachadas Plomadas de Plata, recuperado hace cuatro años, otro motivo de orgullo para Joel García (Valdés, 1980), presidente de esta organización desde hace cinco meses.
-Creo que sí estamos saliendo del ostracismo. Estamos llamando la atención, aunque aún hay que seguir trabajando en esa línea.
-Con la de buscar la total transparencia, que todos los asociados opinen y participen y, cuando esto sucede, la gente se implica y se integra más. Este es uno de los puntos claves de nuestro plan estratégico.
-Que hay un aumento de actividad se ve en la calle. Hay mucha más inversión privada, por eso esperamos que 2019 sea el año de la salida definitiva de la crisis. Hasta septiembre se habían visado 1.591 viviendas, un 30% más que en 2017, y se habían licitado obras por 287 millones, por 211 en todo el año pasado, aunque una cosa es lo que se licita y otra lo que se adjudica. En ese proceso se tarda más que hace diez años.
-Entre seis y siete meses. Hay que intentar abreviar los plazos porque se dan valles de actividad y luego todas las obras se concentran en los últimos tres meses del año, con el problema de la lluvia y las pocas horas de sol. Hay que ser más previsor. Sabemos que con un crédito extraordinario no se puede licitar hasta abril o mayo, pero esperamos que ahora con presupuestos el Principado licite ya. Igualmente, quien más lo hace es la Administración local.
-Se ha dado un paso bueno, que es que se haya conseguido aprobar, porque los políticos tienen la obligación de sacar acuerdos adelante, pero dedica mucho dinero al gasto social y poco a la inversión. Entendemos que educación y sanidad son derechos fundamentales y otras cosas, pero creo que hay que revertir ciertas políticas sociales. No hablo de quitarlas, pero introducir condicionantes. Es anómalo que en una economía que crece haya que destinar cada vez más dinero al gasto social. No hay que dejar a nadie de lado, pero hay mucha economía sumergida. Los presupuestos tienen que tender al crecimiento y la sostenibilidad, no como si se tratara de una ONG. Además, no hay sector que revierta tanto en la economía o el empleo como el nuestro.
-Nosotros creamos empleo, 200 personas más en noviembre, y eso a pesar de que creció el paro, pero no encontramos trabajadores.
-Hay un problema generacional. Es un trabajo físico y necesitamos compaginar juventud con experiencia, pero nos cuesta encontrar gente joven que sepa. Ahí debe actuar la Fundación Laboral de la Construcción, pero no encontramos gente ni para hacer los cursos. Es un trabajo duro y que requiere un proceso de aprendizaje, pero tiene un convenio muy bueno que respalda al trabajador.
-Se da un caso curioso que nos está desconcertando, hemos conseguido que se apliquen en algunas consejerías, pero no en todas. No sabemos a qué se debe y estoy impaciente por saber qué va a pasar con la obra que se va a licitar a partir de enero. Este compromiso parte de una concertación, y no exigimos su cumplimiento a rajatabla, porque somos conscientes de las dificultades, pero el corazón de la concertación parte de estas cláusulas. Llevamos diez años esperando el cambio. Es de justicia.
-Se tienen que incluir cláusulas que primen el valor añadido, como los trabajadores indefinidos o su antigüedad. No es de recibo que una obra como la del instituto de La Fresneda salga por siete millones, en una subasta pura en la que solo prima el precio y que se den 14 años de garantía. Eso es sacar una obra con usura. Con precios fuera de mercado solo se genera trabajo precario, no se atajan las bajas temerarias ni el intrusismo.
-Débiles. Espero que tarde tanto en llegar como la salida de la crisis, que no sea brusca y nos dé tiempo a adaptarnos. Hay que intentar ser optimista, hay mucha vivienda visada y, si llega, no nos va a pillar metidos en grandes inversiones.
-Las infraestructuras y la inversión, aunque no solo nos afecta esto. Las 22 propuestas están basadas en datos. Te pueden gustar o no, pero no son inventadas y a partir de aquí, que todos hagan su labor para revertir la situación de Asturias y que coja otro rumbo. Para mí, la prioridad es el AVE.
-¡Aleluya! Es una gran noticia, de él parte la seguridad jurídica de todo. Ahora vamos a por el de Llanes.
-Se tiene que coger de referencia el precio que pasó la promotora Los Campos y si alguien paga más... Nadie pide que se regale, pero si tienes una oferta y nadie puja es porque no vale más. Pedimos que no quede desierto.
- Y en Gijón. Hay un grandísimo problema con la burocracia. En Oviedo hemos tenido reuniones con el concejal de Urbanismo y parece que dan sus frutos. Ha sido muy receptivo y hemos llegado a acuerdos. Estamos a punto de poner en marcha licencias colaborativas, espero que en enero. Pero este país sale frenado de la crisis por la burocracia. Un ejemplo es el de las canteras, que cumplen con todo, pero está sufriendo muchos problemas de desarrollo.
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