La industria eólica pide «rigor» a la pesca ante su oposición «alarmista» a los parques marinos

Este comunicado llega tras las movilizaciones de organizaciones ecologistas y cofradías de pescadores contra los Planes de Ordenación del Espacio Marítimo (POEM) aprobados por el Gobierno, que determinan las zonas en las que podrían ubicarse los parques, tres en Asturias. Frente a las protestas por su posible impacto negativo en el medio ambiente y en las capturas de pescado, las organizaciones firmantes del manifiesto, agrupadas en el Foro Eólico Marino, afirman que España puede liderar el desarrollo de esta tecnología, gracias a su capacidad industrial, su posición geoestratégica y su competitividad, y que esta es «una oportunidad única e irrepetible, por la creación de empleo y de riqueza en las zonas costeras, y el posicionamiento como país en industria e I+D+i».

En este sentido, ven «imprescindible trabajar conjuntamente con todos los actores involucrados» y censuran que «anticipar de forma alarmista, sin rigor y sin trabajo técnico, supuestos perjuicios no es la forma de avanzar de forma responsable ni coherente con la experiencia acumulada en otros países». Los firmantes recuerdan, además, que los POEM reducen en más de un 38% la superficie contemplada en el borrador inicialmente -en Asturias el recorte es del 60%- y que se ha eliminado el carácter de exclusividad de uso para facilitar una coexistencia con las actividades pesqueras.

«Los parques eólicos marinos previstos para 2030 van a ocupar un 0,09% de la superficie total de nuestras aguas», recalcan desde el foro, e insisten en criticar que se anticipen «hipotéticos perjuicios», porque actualmente ni se conocen los proyectos concretos ni su tamaño. En el caso asturiano, habían mostrado interés por promover iniciativas EdPR y Engie, mediante la sociedad conjunta Ocean Winds; Naturgy junto a Enagás, y Capital Energy.

El manifiesto también defiende que la experiencia en otros países augura que se conseguirán «esquemas de coexistencia pesca-eólica positivos para ambas partes» y que la oposición a un vector de progreso como este «no beneficia a nadie». Asimismo, enumera las oportunidades que se pueden generar, como el incremento de las opciones de futuro para entornos amenazados por la despoblación, oportunidades para el tejido industrial por la construcción de equipos y componentes e, incluso, que se «facilita la oportunidad de la creación de reservas marinas que aumentan la diversidad y la densidad de especies», como ha sucedido ya en otros territorios. Concluye, que se producirá electricidad limpia y barata, riqueza local y empleo cualificado, de futuro y sostenido en el tiempo, a la vez que se reduce la dependencia energética.