Industria y construcción impulsaron la creación de empleo en verano en Asturias

Esto indica que se logró mejorar las cifras previas a la pandemia con 12.700 trabajadores más que hace doce meses y 7.500 más que en el mismo periodo de 2019, y 7.200 parados menos que en verano de 2020 y 9.800 menos que en el de hace dos años. De hecho, hay que retroceder hasta 2008 para encontrar una cifra de desempleados más pequeña, mientras que para la ocupación hay que viajar menos atrás en el tiempo, hasta 2018. No obstante, hay que destacar que en Asturias aún quedan alrededor de 3.900 trabajadores en ERTE.

«Ha habido una reanimación potente de Asturias», aseguró ayer el presidente del Principado, Adrián Barbón, que aunque reconoció las complejidades de la industria, cree que «está dando un paso de gigante». Además, justificó esos buenos datos por el modelo de comunidad, «basado en la sostenibilidad de los servicios públicos y en transformar la economía».

Así, en el conjunto del país, el paro cayó menos, un 3,59% en relación a la primavera, y un 8,23% interanual, frente al 11,98% asturiano, mientras que la ocupación sí creció más a nivel nacional, un 1,83% en comparación con el segundo trimestre y un 4,45% con 2020, porcentaje que en el Principado se quedó en el 3,34%. Se superan así, por primera vez desde 2008, los 20 millones de ocupados.

Prueba del tirón de la industria y la construcción en el mercado laboral regional, es que durante el verano la primera redujo su paro a la mitad (de 3.000 a 1.500) y la segunda en un 64% (de 2.800 a 1.000), mientras que en servicios la disminución fue de un 14,6%, aunque más importante en términos absolutos, de 3.000 personas, hasta 17.500. Por contra, el colectivo sin empleo anterior o que lleva más de un año en desempleo escaló en 200 personas, hasta 35.300, y en agricultura en 700.

La tendencia de la ocupación fue relativamente pareja. «La industria se consolida como motor de la actividad con 4.300 nuevos empleos en tres meses y una bajada del paro del 75,40% en el último año», destacan precisamente desde el Servicio Público de Empleo del Principado (Sepepa), que también subraya el mínimo «histórico» del desempleo en la construcción de 1.000 personas, cuando llegó a rozar las 11.000 en 2012. Ahora emplea a 28.800.

Ignacio García, director de Apoyo Corporativo de la Federación Asturiana de Empresarios (Fade), ve la evolución positiva y destaca que, en el periodo analizado, la empresa privada sumó 13.500 asalariados. Por ello, pide reforzar las medidas que incentiven la actividad económica y el empleo y ayuda para las empresas que aún no han superado los efectos de la pandemia. Alerta, además, de las muchas incertidumbres que aún afectan a las compañías, como los precios energéticos y la inflación.

No todo es positivo en la EPA. La cruz de esta recuperación viene dada por la tasa de actividad, que vuelve a menguar. Asturias se mantiene como la comunidad con la menor tasa del país, de un 51,05%, tres centésimas menos que en primavera, igual que hace un año y casi siete décimas inferior a la de 2019. La media nacional se sitúa en el 59,14%. También queda empañada por la calidad del empleo, con una temporalidad que se dispara al 26,7% y más paro de larga duración, el 56%, 6,5 puntos más que el trimestre anterior, advierten los sindicatos.

CC OO ve el mercado laboral lastrado por «problemas enquistados», entre los que incluye un desempleo juvenil cercano al 30%, que el 14,6% de los ocupados está a tiempo parcial y el 8,63% de los hogares asturianos con personas que quieren trabajar las tienen a todas en el desempleo. «Y nos encontramos con un IPC interanual del 5,5% que devalúa nuestros salarios», advierte su responsable de empleo, Severino Menéndez. En este contexto de «degradación de las condiciones», Belén Bernabeu, secretaria de Empleo de UGT, recalca la necesidad de aprovechar los fondos europeos «para impulsar la modernización del mercado laboral y servir de palanca para el crecimiento económico». Y USO, por su parte, califica de «insostenible» el dato de la población activa. «Las primeras políticas de empleo que hay que acometer son las demográficas», defiende su portavoz, Miguel Rivero, que también señala que se agrandan las brechas de género: hay 6.600 ocupados varones más que antes de la pandemia, mientras que hay 800 mujeres menos trabajando.