Los asistentes al acto en Amberes realizaron una fotografía de familia en la que Ursula von der Leyen sujetó una copia de la 'Declaración de Amberes' con el CEO de Basf, Martin Brudermüller, que tiene a su lado al consejero delegado de Arcelor en Europa, Geert van Poelvoorde. AFP

La industria básica europea se une y lanza «un llamamiento urgente» para su revitalización

73 líderes empresariales, entre ellos el CEO de Arcelor en Europa, piden a los Veintisiete en la 'Declaración de Amberes' que sitúen al sector en el centro de su estrategia

Martes, 20 de febrero 2024, 23:43

Fue mucho más que una foto, aunque la instantánea ya da cuenta de la relevancia. Las instalaciones de la multinacional química Basf en Amberes, Bélgica, reunieron ayer a 57 directivos de las principales empresas de la industria básica del continente, entre ellos, el consejero delegado ... de Arcelor en Europa, Geert van Poelvoorde, pero también de DuPont, Chemours, Bayer, TotalEnergies o Repsol, entre otros; así como representantes de quince patronales, como la siderúrgica, la cementera o la de fertilizantes; y de la federación de sindicatos IndustriAll. En total, 73 líderes de veinte sectores distintos que presentaron la 'Declaración de Amberes para un Acuerdo Industrial Europeo' a la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, y al primer ministro belga, Alexander de Croo, que ostenta la presidencia del Consejo de la UE. Se trata de «un llamamiento urgente» para reforzar los sectores básicos, que emplean a 7,8 millones de trabajadores en los Veintisiete y que generan un valor añadido de 549.000 millones de euros.

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El texto suscrito traza un camino para las administraciones que pasa por diez medidas concretas: situar el Pacto Industrial en el centro de la nueva Agenda Estratégica Europea para 2024-2029; crear un fondo de desarrollo de tecnologías limpias; convertir a Europa en líder mundial en el suministro de energía abundante y asequible con bajas emisiones de carbono; centrarse en las infraestructuras necesarias; garantizar la autosuficiencia de materias primas. También impulsar la demanda de productos circulares, con emisiones netas cero o bajas en carbono; aprovechar, hacer cumplir, revitalizar y mejorar el mercado único; lograr un marco de innovación más inteligente; desarrollar un nuevo espíritu en la elaboración de leyes para incentivar la inversión, que el emprendimiento prospere y que no se encuentre con trabas; y asegurar que se cumplen los objetivos. Para ello, propone crear una vicepresidencia primera responsable de la ejecución del Acuerdo Industrial Europeo y que garantice la integración con la legislación y la agenda de la Comisión.

El documento se dirige tanto a la Unión Europea como a sus Estados Miembros y subraya la importancia crucial de la claridad, la previsibilidad y la confianza en la política industrial. «Europa no solo debería ser un continente de innovación industrial, sino que debería seguir siendo un continente de producción industrial», afirmó De Croo, cuyo país también aguarda que Arcelor desbloquee el proyecto de la planta de reducción directa del mineral de hierro que anunció para su factoría de Gante y que la multinacional mantiene en modo de espera como el asturiano.

Pero el siderúrgico no es el único sector que está sufriendo las amenazas de la descarbonización. «La industria básica de Europa se enfrenta a retos históricos: la demanda disminuye, las inversiones en el continente se estancan, la producción ha caído significativamente y los emplazamientos se ven amenazados. Queremos impulsar la transformación de nuestras empresas. Para ello, necesitamos urgentemente una acción decisiva que genere las condiciones adecuadas para un tejido empresarial más sólido en Europa», avisó el anfitrión de la cita, Martin Brudermüller, consejero delegado de Basf y presidente de la patronal química Cefic.

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La 'Declaración de Amberes', que supone un esfuerzo de colaboración para hacer frente a estos retos, llama a revitalizar el panorama industrial europeo y garantizar la competitividad, sostenibilidad y capacidad para afrontar la adversidad de las plantas. Subraya también la voluntad de la industria de contribuir a una Europa más fuerte.

«Una autonomía estratégica abierta para una UE competitiva y resiliente es crucial para la transición de Europa en un panorama geopolítico en constante cambio. Sin embargo, solo podrá lograrse si también las industrias básicas y de uso intensivo de energía permanecen e invierten en Europa», defiende el texto, que advierte de que «sin una política industrial específica, Europa corre el riesgo de volverse dependiente incluso de productos básicos», un lujo que el continente no puede permitirse.

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