«Para este Gobierno la industria asturiana es un daño colateral»

Los mensajes fueron contundentes. «Para este Gobierno, somos un daño colateral de sus nefastas políticas industriales», lanzaba desde el escenario José Manuel Rodríguez Balar, secretario general de CC OO en Avilés. La frase hace referencia a lo que ya ha venido a llamarse problemas estructurales de la industria asturiana. El primero, el precio de la energía. Los sindicatos reclamaron la puesta en marcha de mecanismos que abaraten la factura eléctrica de empresas como ArcelorMittal o Azsa, cuyas cuentas de resultados, y por tanto su permanencia en la región, se ven amenazadas por los altos costes que tienen que asumir y que las coloca en una posición de desventaja sobre sus competidores europeos. El caso paradigmático y muy recordado esta tarde es el de la antigua Alcoa, sobre la que se ciernen desde hace años negros nubarrones largamente advertidos por los representantes de los trabajadores y que ahora se encuentra en una situación dramática, intervenida judicialmente después de sucesivos procesos de venta.

Los sindicatos volvieron a poner sobre la mesa la necesidad de elevar al máximo las compensaciones por los costes indirectos de CO2 y otras medidas de apoyo a la industria electrointensiva, una lista de demandas largamente repetidas y, hasta ahora, desoídas por el Gobierno central. «Creo que podemos ir citándonos para la próxima movilización, porque esto no tiene pinta de cambiar», lanzó el secretario general del SOMA-Fitag-UGT, José Luis Alperi.

La elección de Avilés para hacer esta segunda movilización no fue casual. Este concejo, y en general esta comarca, concentra buena parte de la industria electrointensiva asturiana que, en solitario, representa un 12% del PIB de la región. Si se suma toda la industria, y buena parte de ella depende de las grandes empresas tractoras, el porcentaje se eleva al 20%. «Esto no es una transición, es una estafa. Vamos a terminar no sabiendo hacer tornillos», señaló Damián Manzano, secretario general de la federación de Industria de CC OO, sobre la continua pérdida de empleo del sector.

Los sindicatos lanzaron una clara advertencia. Si el Gobierno no escucha sus demandas, las movilizaciones se «endurecerán» y no se descarta «ningún escenario», ni siquiera el de llevarlas fuera de las fronteras asturianas. «Es la segunda movilización y no hay solución. El carácter de la próxima será más contundente», advirtió Jenaro Martínez, secretario general de UGT-FICA.