Las ayudas que recibe la industria por su factura energética distan mucho de evolucionar al ritmo de esta. De hecho, la confirmación de las compensaciones por los costes indirectos del CO2 que recibirán Arcelor y Asturiana de Zinc este año ha vuelto a poner sobre ... la mesa el diferente trato que reciben las empresas en España, con apoyos que no llegan al máximo que permite la Unión Europea, a pesar del compromiso del Gobierno de alcanzar esas cifras. Así, Asturias recibirá este año 39,3 millones de euros frente a los 34,3 del pasado, pero el aumento es muy inferior al que ha registrado el coste de la luz o los derechos de emisión.
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Estas ayudas, correspondientes a 2021, se destinan a compañías industriales, pero las principales beneficiarias en la región son Arcelor, con 17,1 millones, y Asturiana de Zinc (AZSA), con 19,5. Ante el agujero que ocasionan en su balance los insumos energéticos, la sensación es que juegan en desventaja. De hecho, en el caso de la planta castrillonense, este año tiene adjudicada una compensación ligeramente inferior a la del anterior, cuando recibió 19,8 millones. La siderúrgica contará con 3,8 millones más, pero hay que tener en cuenta que su actividad en 2021 se disparó, lo que implica un aumento también del consumo. «Las ayudas permiten mitigar el impacto del coste de la energía eléctrica, pero no son suficientes. Se requieren medidas estructurales de calado», señalan fuentes de Arcelor.
Este apoyo por los costes indirectos del CO2 pretenden compensar el incremento de precios que aplican las eléctricas, al repercutir la compra de derechos de emisión y para su cálculo se tienen en cuenta distintos aspectos, pero el principal es el presupuestario.
El año pasado el Gobierno destinó casi 179 millones, mientras que este elevó la cifra a 244. Aumentaron las ayudas, pero no al ritmo de lo que sube el CO2. El coste medio de la tonelada en 2020 fue de 24,75 euros, en 2021 se disparó a 53,55 (+116%) y en lo que va de año, la media se sitúa en 80,42 (+50%). Mientras, la electricidad sigue disparada y se aumentan los beneficiarios.
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Según el último barómetro de la Asociación de Empresas con Gran Consumo de Energía (Aege), si se considera la evolución del mercado diario en 2022 y las cotizaciones de los precios futuros hasta fin de año, el coste medio estimado del mercado eléctrico español será de 174,66 €/MWh, un 56,9% mayor que el de 2021.
El Gobierno de España confirmó este miércoles al Principado que no impondrá una reducción obligatoria del consumo de gas para la industria. El consejero asturiano del ramo, Enrique Fernández, participó de forma telemática en la Conferencia Sectorial de Industria y trasladó a la ministra Teresa Ribera la preocupación manifestada por empresas de la región ante un posible cambio de escenario en el que se planteasen reducciones obligatorias en el consumo de gas. Esa posibilidad no se contempla actualmente y queda descartada de manera taxativa, según señaló la también vicepresidenta tercera.
Por otro lado, la Alianza por la Competitividad de la Industria, en la que se integran patronales como la siderúrgica, la química, la papelera o la cementera, manifestó este miércoles «su total desacuerdo y absoluta decepción» con la propuesta de la Comisión Europea (CE) sobre el mecanismo de tope del gas. Denuncia que no dará respuesta en absoluto a la situación crítica actual y que ni siquiera en los momentos de máxima tensión energética se hubieran cumplido las condiciones ahora propuestas por la CE.
Pero la escalada de los precios energéticos se remonta, incluso, más atrás. Así, una empresa como AZSA pagaba antes de esta alrededor de 40 euros MWh, lo que implicaba un coste de 160 euros por tonelada. Ahora el precio con los cargos asociados está en 227,17, lo que eleva la factura por tonelada a 909. Con una necesidad de alrededor de dos millones de MWh anuales, su gasto se ha multiplicado por 5,6, de 80 millones a 454.
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Por ello, desde Aege, ven esos 244 millones como una suma «claramente insuficiente», que se queda en el 88% de lo que correspondería, según el compromiso del Gobierno de llegar al 25% de sus ingresos por el CO2, lo que elevaría la cifra a 277 millones. Pero lo peor está por venir. «Afrontamos el nuevo año 2023 con alta incertidumbre, ya que los precios del CO2 se han doblado, pero la dotación presupuestaria permanece inalterable. En esta situación, esperamos que el desfase se corrija o, de lo contrario, estaremos en clara desventaja frente a nuestros competidores europeos, lo que supone otro mazazo a nuestra competitividad industrial», apuntó este miércoles el director general de Aege, Pedro González, que cree que la cifra actualizada debería rondar los 500 millones.
Mientras, el Ministerio de Industria adjudicó este miércoles 42,5 millones en ayudas a 364 instalaciones como compensación de una parte de los cargos a las electrointensivas, de los que 3,2 corresponden a Asturias. AZSA recibirá 872.454 euros y Arcelor, para todas sus plantas, 1,3 millones. «Son ayudas irrisorias», señalan en el sector, que aún miran con envidia a Francia o Alemania.
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