Industria de defensa en Asturias

Directivos de Indra visitarán el viernes El Tallerón de Duro Felguera antes de cerrar la compra

El viernes, durante una reunión con los representantes de la plantilla, Duro Felguera quiso trasladar un mensaje de «cautela» y aseguró –en relación a la operación– que «todo está en marcha». Aunque existe cierta incertidumbre entre los empleados por los cambios que será necesario acometer en la fábrica para poder producir vehículos, la sensación entre los trabajadores de El Tallerón es de alivio ante una situación agónica. Así lo asegura Javier Rodil, presidente del comité de empresa: «Para nosotros es la única vía de salvación posible. Lo llevamos diciendo tiempo, Duro Felguera lleva décadas sin invertir en el taller y ahora llega alguien que dice que quiere invertir. Solo con eso, la gente ya está ilusionada con la venta».

La operación, además, supone un auténtico salvavidas para Duro Felguera, ahogada en un mar de deudas e incertidumbre tras prorrogar tres meses más el preconcurso de acreedores. Las posibilidades de supervivencia de la ingeniería asturiana pasan, ineludiblemente, por la capitalización de los 120 millones de euros de deuda por parte de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), una operación que convertiría al organismo en máximo accionista de Duro. Pero con eso no basta.

La centenaria empresa asturiana necesita también una inyección de liquidez que garantice el funcionamiento operativo de la compañía y el pago a los proveedores. A falta de nuevos inversores que aporten dinero fresco, la única opción factible para conseguir esa ansiada liquidez es a través de ventas de activos como la que está cerca de cerrarse por El Tallerón. Igualmente, la negociación con la argelina Sonelgaz, que reclama 413 millones de euros a la asturiana y que se ha complicado, amenaza cualquier salida.

La compra de Duro Felguera Calderería Pesada y su transformación para construir vehículos blindados se produce en un contexto de ebullición de las inversiones en materia de defensa auspiciado por el plan de rearme europeo. En ese escenario, el Gobierno de España quiere contar con un 'campeón nacional' de defensa, una compañía respaldada por el Estado que lidere el sector y ejerza como tractora del resto del ecosistema productivo.

Ese campeón, guardián de la autonomía estratégica en defensa, no sería otro que Indra, aunque tal como reconoció el propio Escribano, aún tiene que multiplicar «por tres o por cuatro» su tamaño si quiere equipararse a las grandes empresas del sector en Europa, como Rheinmetall, Leonardo, Safran, Thales o BAE Systems. Ese es el principal motivo por el que ha intentado adquirir Santa Bárbara Sistemas (SBS), empresa que gestiona la fábrica de armas de Trubia y principal fabricante de blindados de España. La respuesta de la matriz estadounidense, General Dynamics, es que no está dispuesta a deshacerse de la filial española y, a raíz de esa negativa, surgió la alternativa de comprar El Tallerón.