S. BAQUEDANO
GIJÓN.
Viernes, 13 de julio 2018, 04:03
Iberdrola «está a la espera» de que el nuevo Gobierno decida sobre su solicitud de cierre de las térmicas de Lada (Asturias) y Velilla (Palencia). Fuentes de la compañía vasca no se salen del guión. Insisten en que es la ministra de Transición Ecológica la ... que tiene que dar la respuesta. Pero de las palabras que Teresa Ribera pronunció anteayer en el Congreso de los Diputados se puede interpretar que ambas plantas no tendrán problema alguno en echar el candado en 2020, que es el horizonte al que mira la empresa que preside Ignacio Sánchez Galán.
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La titular de Transición Ecológica auguró que en 2020 cerrarán siete de las quince centrales de carbón que no han realizado las inversiones medioambientales obligatorias y condicionó la supervivencia de las otras ocho que sí que han invertido para continuar funcionando a diferentes circunstancias como la evolución de los precios de la materia prima, la fiscalidad respecto al CO2 y «los avances y los costes del resto de los operadores del sistema».
En su comparecencia ante la Comisión de Transición Ecológica del Congreso, Ribera dijo que las centrales que no han invertido «no tienen mucho margen para pensar en cómo poder seguir funcionando cuando el marco comunitario les obliga a cerrar», señaló tras puntualizar que «los plazos vienen dados» por la propia Comisión Europea. Y en eso está también de acuerdo Sánchez Galán, que mientras la ministra hablaba anteayer en la Cámara Baja él lo hacía en Bruselas, en una conferencia durante la cual aseguró que la Unión Europea «tiene la capacidad y el deber de liderar la transición energética» y que el «reto» de conseguir una economía libre de carbón, competitiva y sostenible «debe verse como una oportunidad».
«La apuesta de Iberdrola por la energía eólica ha supuesto oportunidades pasadas y futuras para la industria», afirmó Galán durante su participación en el evento «La visión de la UE para una economía moderna, limpia y competitiva», organizado por la Comisión Europea (CE) en la Universidad Libre de Bruselas.
Al evento también acudió el comisario europeo de Medio Ambiente, Miguel Arias Cañete, quien destacó la importancia de actuar desde la UE pensando en el largo plazo e informó del estado de la transición hacia una economía baja en carbono.
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«En la práctica, lo que estamos haciendo es discutir la cuestión vital de cómo debería ser Europa en 30 años: no podemos esperar hasta 2030 o 2040 para definir qué dirección tomar», añadió Cañete, quien entiende que la estrategia «tiene que reflejar una visión próspera, neutra y de futuro».
El comisario también pidió a todos los actores del sector, tanto reguladores como empresarios, que trasladen sus opiniones al respecto, ya que es «vital» para diseñar una hoja de ruta. También la ministra Ribera invitó a los grupos políticos a proponer medidas para «incentivar o facilitar el proceso de transición» para «modular» esta «salida de las centrales, antes o después».
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Fue en noviembre pasado cuando Iberdrola anunció que había solicitado al Gobierno (entonces del PP) la autorización de cierre de las centrales de Lada y Velilla, plantas que suman 874 MW. Para la empresa vasca el carbón representa solo el 1,8% de la capacidad total de la compañía. El PPanunció entonces que llevaría al Congreso un proyecto de real decreto para regular el cierre de las térmicas.
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