José Arsenio Álvarez, Álvaro Álvarez y Javier Díaz, trabajadores de una empresa auxiliar de Hunosa, en la entrada del lavadero Batán. j. c. román

Hunosa acelera su reconversión industrial dos años después del cierre de las minas de carbón

Los sindicatos urgen a la hullera que agilice su diversificación y dé «pasos más largos» para estar a la vanguardia de la transición energética

Domingo, 10 de enero 2021, 20:56

La transición energética es un duro trance para las empresas asturianas, pero, sin duda, el impacto en Hunosa es mucho mayor que en la mayoría. Tras cumplirse dos años desde que el 31 de diciembre de 2018 cerraran las minas de carbón para ... acatar la normativa europea, la hullera pública afronta una complicada –y necesaria– reconversión para garantizar su supervivencia. Un camino que transita con más lentitud de la que les gustaría a sus trabajadores, que consideran insuficientes los avances en la expansión hacia nuevos negocios. Aunque a finales de diciembre dio un paso definitivo, con la aprobación del plan de transformación de La Pereda para que el carbón deje de ser el principal combustible en favor de la biomasa.

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«Hunosa y la SEPI (Sociedad Estatal de Participaciones Industriales) tienen que jugar un papel fundamental en el cambio de la estructura socioeconómica de las comunidades e ir dando pasos más largos para estar a la vanguardia de la transición energética en España, como señaló nuestro presidente, Pedro Sánchez», apunta el secretario general del SOMA-Fitag-UGT, José Luis Alperi. Un compromiso que adquirió el jefe del Ejecutivo en septiembre de 2018, pero que aún está muy lejos de ser una realidad. Cierto es que ha habido otros progresos, como el acuerdo alcanzado entre Hunosa y el Laboratorio Oficial José María de Madariaga para que el pozo Carrio albergue un laboratorio de seguridad contra explosiones. También se ha extendido la red de geotermia, que se ha convertido en una actividad destacada para la hullera. Pero el futuro de la compañía pasa por desarrollar otras vías que generen un mayor volumen de empleo. La respuesta está en la biomasa, para lo que resulta clave La Pereda, que ahora funciona con carbón procedente del pozo Nicolasa, el único que mantiene la actividad extractiva.

Tanto el SOMA como CCOO han pedido insistentemente a la empresa que profundizara en esta rama de actividad para generar más puestos de trabajo derivados de la gestión forestal y el tratamiento de la biomasa. En concreto, el plan aprobado prevé mantener los 73 actuales y generar casi dos centenares más. Una estrategia que se antoja esencial si se tiene en cuenta que la plantilla apenas está formada por 700 trabajadores. «Hunosa debe ser más ambiciosa a la hora de generar empleo», apunta Alperi, quien también insta a que se transforme en «una empresa energética y medioambiental».

Plan de empresa

El secretario general de CCOO en Hunosa, Adrián Miguel, manifiesta «la necesidad de que agilice los proyectos de diversificación que permitan la transformación de la estructura de la compañía». Con el objetivo de cumplir lo acordado en el plan de empresa, emplaza a la hullera a prorrogar la primera fase del mismo, que finaliza en diciembre de 2021. No obstante, reconoce que los efectos de la pandemia «también han podido contribuir a incrementar los retrasos en esta imprescindible transformación, paso previo y necesario para consolidar a la hullera como una empresa energética de futuro».

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