«Este país debe hacer un ejercicio no de nostalgia sino de memoria»

«Este país debe hacer un ejercicio no de nostalgia sino de memoria. No olvidemos la historia, no para odiar, sino para entender que las democracias burguesas dejaron solas a las clases trabajadoras», puntualizó.

Un recuerdo a aquellos hombres y mujeres «que tuvieron el coraje y la valentía de enfrentarse a unas penosas e injustas condiciones laborales en un momento de plena dureza de la dictadura en la que la huelga era considerada un delito de rebelión», relató la delegada del Gobierno, Delia Losa, que recordó sus orígenes mierenses.

Losa habló de mujeres como Anita Sirgo, Constantina Pérez, Celestina Marrón y muchas otras «cuyos nombres quedaron enterrados en el olvido del tiempo pero que estuvieron ahí, con la dignidad que da el sentimiento de lo justo».

En el 62 había una luz en Asturias, dijo José Manuel Zapico, secretario general de CC OO Asturias, «que marcaba el principio y el fin de la dictadura» y apeló al reconocimiento institucional de la importancia de todos estos luchadores.

El acto al que se adhirieron representantes sindicales y de distintas formaciones políticas de izquierdas, afiliados y simpatizantes, culminó ante el monumento al minero. Allí se realizó una ofrenda floral y se entregaron regalos a 19 hombres y mujeres que fueron protagonistas de aquellas movilizaciones.

Hubo tiempo para las reivindicaciones. Para alentar a la unidad política y ciudadana y para exigencias: subida de salarios, salario mínimo interprofesional digno,... También tirón de orejas para el empresariado, «que tratan de salvaguardar sus márgenes y que »hacen pagar a la clase obrera todas las consecuencias de las crisis«.