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noelia a. erausquin /edurne martínez
Miércoles, 6 de enero 2021, 21:04
Las crisis, más allá de sus efectos macroeconómicos, tienen una incidencia directa en las economías domésticas y estas se han resentido duramente en Asturias por el devenir de las finanzas mundiales. Sin haberse recuperado aún de la debacle iniciada en 2008 tras la quiebra ... de Lehman Brothers, las familias afrontan la derivada de la pandemia del coronavirus muy debilitadas. Tanto es así que, en solo un año, los hogares sin ingresos laborales (salarios, pensiones o prestación por desempleo) de la región se han disparado un 10%, un porcentaje similar al incremento del país. Esto supone un aumento por encima del millar y alcanzar los 14.000, una cifra muy reveladora de la galopante evolución de la pobreza.
Así lo revela un informe confederal de CC OO a partir de la Encuesta de Población Activa que, sin embargo, va más allá y muestra cómo el Principado es la comunidad en la que más ha subido el número de familias sin ingresos familiares desde 2008, cuando se inició la Gran Recesión. En aquel año, había 5.000 familias en esa situación, lo que supone que durante estos años el número ha aumentado un 158%, sin que la recuperación iniciada a mediados de la década pasada haya supuesto poder regresar a los datos del inicio del milenio.
El sindicato llama la atención también sobre una situación que se ve agravada por la carestía del precio de los alimentos, que en Asturias se elevó en 2020 un 2,5%, muy por encima del IPC, que disminuyó un 0,7% en la comunidad, arrastrado principalmente por la bajada del precio de los carburantes y combustibles. Se trata de una especie de inflación dual que perjudica a los hogares más pobres, ya que alimentos y bebidas, junto con el pago de la vivienda y los suministros básicos, constituyen el principal componente de la cesta de la compra de los hogares con menos ingresos, mientras que tienen un peso aquellos con más renta, pues se diluyen con el gasto en un mayor número de bienes y servicios. Asimismo, CC OO hace incidencia en que el Ingreso Mínimo Vital no esté llegando a los hogares vulnerables y solo alcanza al 21% de los potenciales beneficiarios de la región. «La gente tiene derecho a no ser pobre, y un Estado social y de derecho que se precie está obligado a garantizarlo», subraya José Manuel Zapico.
Menos gasto en Navidad
En este contexto no es extraña la moderación en el consumo que han tenido las familias esta Navidad. De hecho, se ha gastado casi un 8% menos que en las mismas fechas festivas de 2019.
Los datos de Gelt revelan que estas fiestas siguen siendo la época en la que se incurre en un mayor gasto en la cesta de la compra de los hogares españoles. En 2020, los días previos a Nochebuena y Navidad los españoles gastaron un 18,8% más que un mes normal. Sin embargo, si se comparan estas cifras con las del año anterior, se descubre la moderación del gasto ya que el año pasado el incremento de presupuesto para estas comidas de celebración llegó hasta el 25,2% respecto a lo registrado otros meses. Asimismo, las comidas han sido más reducidas, tanto en asistentes como en festejos. El único producto que ha experimentado un aumento de las ventas respecto a 2019 ha sido el turrón, que creció un 8,8%.
Además, un tercio de los españoles aseguran haber tenido que recurrir a sus ahorros para afrontar gastos navideños, según el estudio elaborado recientemente por ING sobre el impacto de la covid en la economía de los españoles, que también desvela que uno de cada tres ha celebrado en menor medida estas fiestas para ahorrar. El 44% dice que ha realizado un presupuesto cerrado para evitar posibles deudas.
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