«El hidrógeno puede ser catalizador de una nueva revolución industrial»

Para ganar en sostenibilidad, a la par que en innovación e industrialización, la transformación del modelo energético «es una oportunidad única». Dentro de este campo, «el vector del hidrógeno puede catalizar una nueva revolución industrial». «Vamos a tener la fortuna de que Asturias y Avilés en particular participen en un macroproyecto claramente apoyado por las autoridades», indicó sobre la iniciativa de generación de hidrógeno planteada por un consorcio integrado por Arcelor, Fertiberia, Enagás y DH2.

De Abajo fue más allá y puso la vista en el horizonte que deben alcanzar los territorios para crecer. Sin olvidar sus fortalezas. En este punto, hizo alusión a la evolución de la población en Avilés, «donde ocurrió un fenómeno absolutamente asombroso entre los años 60 y 70», cuando el asentamiento de grandes industrias provocó que los habitantes se multiplicasen por cuatro. El reto está en pasar de los «cinturones industriales a los de cerebros». Para ello, deben darse dos factores: tener un elemento vertebrador de ese fenómeno y el apoyo de las autoridades. «Creo que en Avilés tenemos ambas cosas», añadió.

Un ejemplo de ello, apuntó, es el desarrollo logrado por el centro global de I+D de Arcelor, situado en la villa del Adelantado. «Empezamos en 2008 con 24 personas, un millón de presupuesto anual y ningún laboratorio. Ahora tenemos 295 personas, entre 35 y 40 millones de presupuesto y 26 laboratorios que son referencias mundiales», detalló. Un crecimiento asociado también a tres elementos en los que «ha habido apoyo público», indicó en referencia a los dos planes de potenciación de la I+D en la región y al proyecto de descarbonización para la planta de Arcelor en Gijón, presentado el pasado julio por la familia Mittal y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Asimismo, De Abajo resaltó que el centro de I+D de la siderúrgica ha propiciado «la aparición de una red de 'startups' que se benefician de su efecto tractor e incluso de algunas 'spin offs'».

Porque «la innovación tiene un enorme efecto tractor y una gran capacidad para generar riqueza», indicó. Precisamente, este carácter innovador ha permitido que «Avilés sea conocida como ciudad tecnológica y esto atrae inversiones». Y también en este concejo cada vez trabajan más personas «que influyen en todo el mundo» a través de la multinacional siderúrgica. En este sentido, el coordinador de los centros de I+D de Arcelor instó a aprovechar las fortalezas para posicionarse en los nuevos mercados, que van desde las baterías para el almacenamiento energético a la inteligencia artificial. «Si nos posicionamos pronto, podemos innovar y seguir construyendo un cinturón de la innovación en Asturias», apuntó.

Para ello, es imprescindible hacer movimientos certeros y rápidos, con el objetivo de anticiparse a los competidores. «El peso de las decisiones es clave» para construir ese modelo territorial sostenible y habitable. «No basta con tener una ciudad innovadora o tecnológica, tiene que ser justa», subrayó, y puso como ejemplo de desigualdad a Cupertino, donde se encuentra Silicon Valley. En este lugar de Estados Unidos, cuna de las grandes multinacionales de la tecnología, un 1% de la población acumula la riqueza, mientras que 10.000 personas no tienen hogar, explicó. «Hay decisiones para compensar estos efectos».

De Abajo finalizó su intervención con un guiño a AsturiasInnova+, proyecto que surgió de una conversación con José María Urbano, el director de la iniciativa. «Este foro decidieron que se llamara AsturiasInnova+ y es importante el 'más', porque hay que seguir trabajando, que no nos quedemos donde estamos», concluyó.