Vista de las instalaciones de la planta de Asturiana de Zinc. EFE

La gran industria aspira a que los precios bajos de la luz faciliten cerrar contratos más competitivos

Igualmente, el sector considera anecdóticos los momentos en los que la electricidad está en negativo y ve lejos tarifas como la francesa

Lunes, 15 de abril 2024, 02:00

Los precios a cero de la electricidad que se han registrado en las últimas semanas en varias ocasiones, incluso con cifras en negativo, son para la gran industria un hecho coyuntural, incluso «anecdótico», pero sí apuntan cierta tendencia que puede beneficiar al sector, que aspira ... a poder lograr contratos bilaterales con los promotores de proyectos de renovables más competitivos que los que hasta ahora se ofrecían.

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Abril es históricamente el mes con los precios más bajos de la electricidad, debido a que sus temperaturas suaves reducen la demanda –no se suelen usar ya calefacciones y tampoco aire acondicionado– y, sin embargo, hay más horas de sol para la fotovoltaica, pero también lluvia y viento. La entrada masiva de renovables en el 'mix' está casi asegurada y eso reduce la factura. De hecho, la industria suele tener en cuenta esta previsión para reforzar su actividad, explica Pedro González, director general de la Asociación de Empresas con Gran Consumo de Energía (Aege), en la que se integran compañías como Asturiana de Zinc y Arcelor. Aunque hay distintos tipos de plantas y algunas requieren una actividad «más plana», en general se busca aprovechar al máximo el periodo de precios bajos o, al menos, más moderados.

Lo que no pueden hacer las empresas, aclara, es buscar potenciar la producción justo en esos momentos que se están dando de precios negativos, porque no es posible preverlos con la anticipación necesaria. Y aclara también que esa electricidad gratis tampoco existe, porque siempre hay costes asociados que hay que asumir, como el servicio de ajuste.

Ribera espera que se alcance un sistema que «dé estabilidad» tanto a inversores como consumidores

Igualmente, la entrada masiva de energías limpias se empieza a notar. En los dos últimos años se han desplegado 10 GW de renovables y se van trasladando a la fijación de precios, lo que hará que cada vez sea más frecuente que haya horas a cero o en negativo. De ahí que sea una buena oportunidad para la industria aprovechar los meses en los que es más probable que ese coste sea menor. Pero, además, se abren otras opciones. Hasta hace pocos meses, la industria no lograba cerrar contratos bilaterales, conocidos como PPA, a precios competitivos y alejados de la volatilidad del mercado. Ahora se vislumbra otra situación.

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Los promotores de los proyectos de renovables buscan sacar el mayor rendimiento posible a su inversión y, con el precio de mercado disparado, su oferta estaba muy lejos de las necesidades que requerían los industriales. Sin embargo, con este a la baja, se prevé que vayan confluyendo. Ahora, Aege espera que «se empiecen a ofertar precios más ajustados a los costes», lo que puede favorecer esos contratos bilaterales que doten de cierta seguridad a la previsión de cuentas de las factorías. Ese precio eléctrico competitivo y estable que llevan años reclamando para poder abordar inversiones como las necesarias para descarbonizar los procesos, que en muchos casos dependen de su electrificación. A su vez, los desarrolladores de los proyectos de renovables pueden lograr una retribución justa y alejarse del temor de que no se puedan llegar a amortizar esas instalaciones.

Estabilidad

En este sentido, la vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, defiende la necesidad de alcanzar un sistema que «dé estabilidad» con unos precios de la electricidad que «permitan hacer las cuentas a los inversores» y que sean, a la vez, «razonables» para los consumidores. Porque hay otra posibilidad: que la industria rechace PPA relativamente bajos si tiene la expectativa de un precio de mercado menor.

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«Ahora debe haber un incentivo natural para los promotores», explica González sobre la posible casación de los intereses de las dos partes. En este sentido, cada vez se están percibiendo más ofertas con productos «más sofisticados». Su previsión es que los precios se estabilicen en el entorno de los 55 euros MWh, aún lejos de la tarifa ARENH francesa, ligada a las nucleares y que está en torno a los 42 euros/MWh, pero ya serían mucho menores que los más de 100 euros en los que se situó el mercado durante largos periodos en los últimos dos años.

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