El Gobierno autoriza la puesta en marcha de la regasificadora de El Musel

Además, Enagás tendría aún que acometer obras de actualización para una infraestructura finalizada hace diez años y que nunca llegó a funcionar debido a diversos problemas legales. Hace dos semanas, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia había otorgado ya la autorización administrativa previa y aprobado el proyecto de ejecución de la planta. Desde el Ministerio para la Transición Ecológica se apuntó entonces que había interés en que «haya mucha rapidez» y que la instalación pueda estar en marcha antes de fin de año. La Autoridad Portuaria de Gijón ha previsto en su plan de empresa que esté completamente operativa en el ejercicio 2023.

Tras diez años en hibernación, 380 millones de euros de inversión y haber atravesado multitud de vicisitudes, la guerra de Ucrania ha supuesto un impulso al proceso, ya que resulta vital para Europa poder contar con suficientes reservas de gas para independizarse del procedente de Rusia.

El consejero de Industria, Enrique Fernández, aseguró el pasado fin de semana en una entrevista con este periódico que con el esfuerzo hecho se había «resucitado a un muerto», ya que la instalación había sido «enterrada» tres veces: primero, diciendo que no se necesitaba; luego, con demandas judiciales, y otra vez con la normativa para que no entraran más centrales gasistas en funcionamiento.

No obstante, no está previsto que la planta funcione realmente como regasificadora ni esté unida a la red de gasoductos española, sino que servirá para almacenar gas con el objetivo de que luego pueda ser transportado a otros puntos de Europa. Esta cuestión no decepciona en el Principado tras tantos años de espera. «Lo importante es que va a funcionar. Será importante para la autonomía energética de Asturias y de España y nos sitúa en el camino del hidrógeno. Además, creará 50 empleos directos y otros 50 indirectos», señaló el consejero en la misma entrevista.