Parque eólico de la Bobia, en Villanueva de Oscos. C. P.

La generación de energía renovable crece un 50% en Asturias en la última década

El cierre de las térmicas ha acelerado la búsqueda de nuevas fuentes, donde la eólica y la biomasa van ganando más peso

Domingo, 23 de agosto 2020, 01:39

El cambio del modelo energético asturiano está siendo todo menos brusco. Bien podrían suscribir muchos eso que escribía Shakespeare, «en nuestros locos intentos, renunciamos a lo que somos por lo que queremos ser». Solo hay que retroceder poco más de un mes para asistir ... a una de esas últimas despedidas que rompen con el pasado. El 30 de junio, las térmicas de Narcea y Lada dejaron de estar operativas tras décadas generando energía a través del carbón y siendo el motor de cambio de Tineo, Langreo y sus alrededores. A esta circunstancia se suma el anuncio de EdP de adelantar el cierre del grupo 3 de la central de Soto de Ribera, que seguirá operando con sus dos ciclos combinados, manteniendo sus planes para la térmica de Aboño.

Publicidad

Precisamente, esta se ha convertido en una 'rara avis' en el mapa energético nacional. Su supervivencia está muy ligada a la necesidad de garantizar el suministro para abastecer a la gran industria. Esto en tiempos en los que la salida del mix energético ha cerrado el paso a cualquier visos de futuro para las térmicas. Recientemente, Fade estimó que el cierre de las cuatro instalaciones que tiene Asturias supondría un recorte directo del 2,6% en el PIB.

Un retrato en una tierra, Asturias, que, históricamente, ha sido un referente nacional en materia energética, donde ese elemento ha sido clave para la competitividad y el desarrollo de la actividad empresarial. En concreto, el sector de la generación eléctrica ha sido uno de los pilares regionales. Y aquí es donde se observa un cambio de paradigma, aunque lento, en la última década. Según los datos que facilita Red Eléctrica de España, el peso de la generación de renovables ha crecido casi un 50% en este periodo. De los 2.400 GWh de 2010 a los 3.600 GWh de 2018 (último año con datos completos).

Principalmente, gracias a las contribuciones eólica y solar fotovoltaica, puesto que la hidráulica se ha comportado de manera irregular, muy influida por las condiciones meteorológicas cambiantes. Sin ir más lejos, 2017 fue un mal año. Entonces descendió un 50,1% en comparación con 2016. Actualmente, Asturias cuenta con 40 emplazamientos que suman una potencia instalada de 778 MW.

Pero tan solo hace falta echar un vistazo hacia donde dan los pasos las grandes energéticas para ver hacia qué horizonte nos dirigimos. Por ejemplo, para EdP la energía solar es una de las estrategias en las que viene trabajando con vistas al medio plazo. Su director general en España, Javier Sáenz de Jubera, afirmaba hace un par de semanas que «Asturias tiene muchos emplazamientos para que sea rentable». Para la compañía tiene un enorme campo de desarrollo gracias a los avances tecnológicos que vienen a suplir las menores horas de sol en la región en comparación con otros puntos de la geografía peninsular. En vista de los datos, sigue siendo la hermana pequeña de la ecuación de las energías renovables pero su crecimiento, aunque lento, es constante. En Asturias ya se rondan los 40.000 metros cuadrados de captadores solares térmicos instalados.

Publicidad

No obstante, la llamada a relevar al carbón en Asturias es la biomasa. Para los menos iniciados, se trata de la parte aprovechable energéticamente de la materia orgánica procedente de la actividad de los seres vivos procedentes de la biosfera. Según las estimaciones de los sindicatos su uso supondría la creación de 30 empleos por cada megavatio instalado. Un dato muy superior a los que genera la eólica, hidráulica o solar. En la actualidad, la biomasa es una de las apuestas de la planta de celulosa de Ence en Navia, con una capacidad de 77 MW. Pero también pasa por los planes de Hunosa para la transformación de la térmica de La Pereda en una instalación que utilice materia orgánica. Y así hasta seis proyectos en manos del Principado, que elevarían la producción eléctrica con biomasa hasta una potencia de 108 MW.

Además de la biomasa y la eólica, Asturias también mira al hidrógeno verde. En este sentido, Antonio Martínez, director de Transformación de Enagás, subrayó que el hidrógeno verde será una solución «a la destrucción de empleo». La empresa presentó un proyecto donde posicionaba España como un gran 'hub' de generación y exportación al norte de Europa. Para Asturias, la idea que sobrevuela es la de construir una planta de electrólisis de 100 MW que aprovecharía la regasificadora de El Musel en Gijón.

Publicidad

Lo que sí parece claro es que el mapa energético asturiano de dentro de unos años poco tendrá que ver con el que conocieron nuestras generaciones pasadas. Los combustibles fósiles deberían de ser historia en 2050 si se cumple la hoja de ruta para alcanzar la neutralidad climática establecida por la Unión Europea.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

3 meses por solo 1€/mes

Publicidad