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Ya era un secreto a voces una vez que todas las asperezas quedaron limadas en la jornada de ayer. Quedaba la confirmación oficial que llegó esta tarde a través de la publicación como hecho relevante ante la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). De esta forma, Unicaja absorberá a Liberbank dando lugar al quinto banco del país. El anuncio ha venido a confirmar algunos puntos que ya habían trascendido las últimas semanas: el nombre será Unicaja Banco y la sede social se ubicará en Málaga. Respecto al reparto de poder, se propondrá que el consejo de administración esté compuesto por 15 miembros. El actual Presidente de Unicaja, Manuel Azuaga, mantendrá las funciones ejecutivas que actualmente tiene atribuidas. Asimismo, está previsto que el nuevo Consejo de Administración, una vez constituido, designe como Consejero Delegado, en su primera sesión a Manuel Menéndez, actual CEO de Liberbank. Uno de los puntos que había tensionado la cuerda durante las últimas jornadas es qué sucedería a partir del año 2023 con la jubilación de Manuel Azuaga. En el documento remitido se especifica que se «revaluará» al consejero delegado. Ello significa que se retrasa hasta entonces la decisión sobre quién ocupará el primer puesto ejecutivo de la nueva entidad. Porque, en cualquier caso, sí se especifica que en el consejo de administración modificará el modelo de gobernanza en 2023.
Con la fusión de ambas entidades, la entidad resultante se convierte en la quinta del país. La suma de activos de Liberbank y Unicaja alcanzarán los 108.000 millones de euros. En concreto, 62.000 millones los aporta Unicaja y casi 47.000 la entidad de origen asturiano. Respecto a la operación de canje, el acuerdo fija una acción de nueva emisión de Unicaja con un valor nominal de un euro por cada 2,7705 acciones de Liberbank de dos céntimos de euro de valor nominal cada uno. En paralelo, se acometerá una ampliación de capital por un importe nominal máximo total de 1.075 millones de euros.
En el documento publicado en la CNMV justifica la fusión porque «en los útlimos años el mercado ha experimentado un proceso de reestructuración y progresiva concentración del sector bancario, derivado de la necesidad de las entidades bancarias de mejorar su eficiencia y reducir sus costes operativos en un entorno de prolongada reducción del margen de intermediación, como consecuencia, entre otros factores, de los bajos tipos de interés».
Uno de los aspectos que más preocupa, el mantenimiento del empleo, queda abierto a futuro. De hecho, según se especifica, la entidad combinada completará el análisis de los solapamientos, duplicidades y economías de escala derivadas del proceso, sin que a esta fecha se haya tomado ninguna decisión en relación con las medidas de índole laboral que, sí añaden, «será necesario adoptar para proceder a la integracón de las plantillas como consecuencia de la fusión». No obstante, subrayan que «el solapamiento será reducido en las áreas geográficas en las que están presentes en la actualidad y donde ambas tienen un gran arraigo histórico».
Uno de los puntos que hasta ahora no se había comunicado eran los plazos para culminar el proceso de fusión. Según el calendario hecho público a través de la CNMV tendrá lugar entre finales del segundo trimestre o principios del tercer trimestre de 2021.
Las proclamas del Banco Central Europeo y del Banco de España animando a reducir el tamaño del mapa bancario de nuestro país han ido dando sus frutos. Ha sido un camino lento, pero que la pandemia ha ayudado a acelerar. Solo hay que fijarse en la situación previa a la crisis financiera de 2008: había 45 entidades. A día de hoy, apenas quedan trece y, visto el ritmo en este último trimestre del año, fácilmente caerán a la decena a corto plazo.
La fusión de Liberbank y Unicaja les permitirá sumar 108.826 millones de euros en activos, colocando a la entidad resultante en el quinto puesto del podio nacional. En concreto, 63.000 millones proceden de Unicaja y 45.824 millones de Liberbank.
El liderazgo está claro tras la fusión de CaixaBank y Bankia (665.000 millones) seguido de BBVA (419.475), Santander (355.769) y ya, a mucha distancia, el Sabadell (191.568). Es cierto que, en el caso del banco que preside Ana María Botín, ahí no estarían reflejados sus activos internacionales con los que superaría el billón y medio de euros.
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Dos puntos quedaron rápidamente despejados y acordados durante la fusión –la fallida de hace un año y medio– y la actual: que el nombre del a entidad resultante será Unicaja y la sede social estará en Málaga. Se contempla una excepción y es la utilización de la marca Liberbank –acompañado de Unicaja– en aquellos territorios donde tenga mayor penetración. El ejemplo más claro, como es lógico, está en Asturias.
Porque, si una cosa está clara es que el peso de la región se verá aún más disminuido con esta operación. Ya se había desprendido de una parte del ADN cuando perdió la sede social y el grueso de los servicios centrales. Sin embargo, el hecho de que la Fundación Bancaria Caja de Ahorros de Asturias tuviera el 16,1% del capital, por encima de las de Cantabria y Extremadura, le hacía conservar cierta asturianía.
Precisamente, en estos servicios centrales –ubicados en gran parte en Toledo– es donde podría darse ahora uno de los mayores problemas a la hora de revisar el volumen de la plantilla. El equivalente de Unicaja se ha mantenido en la entidad malagueña.
Esa reducción del número de trabajadores es uno de los puntos que más preocupa. Tocará hacer análisis de las redes complementarias geográficamente aunque, ciñéndose al solapamiento de oficinas, parece que todo apunta a que se produzcan aligeramientos en Cáceres, Ciudad Real y Madrid. El punto de partida es que Unicaja cuenta con 6.274 empleados y 1.028 oficinas, mientras que Liberbank tiene 3.668 y 579. Es decir, una vez se firme la unión de las dos entidades, el conglomerado financiero contará, de mano, con una red de más de 1.600 oficinas y una plantilla de cerca de 10.000 trabajadores. No obstante, según un análisis realizado por Bain&Company, la fusión podría dar lugar al cierre de unas 110 oficinas repartidas por todo el territorio español o el 5% de la red combinada.
Unicaja, voz cantante
La nueva operación dista mucho de ser una unión entre iguales. Mientras que en la anterior, que dio origen a Liberbank, Cajastur llevaba la voz cantante, ahora se trata de una fusión por absorción por parte de Unicaja. No obstante, y a diferencia del primer intento, la ecuación de canje parece que quedó resuelta en las primeras semanas de conversaciones. Finalmente, la entidad malagueña tendrá el 59,5 por ciento del capital y Liberbank controlará el 40,5 del banco resultante.
El escollo vino en los nombres que controlarán la entidad. O mejor dicho, quien lo hará una vez que el presidente de Unicaja, Manuel Azuaga, se jubile en 2023. Ahí, el poder no pasaría automáticamente a Manuel Menéndez, que seguirá siendo CEO en la entidad resultante, sino que deberá de llegarse a un nuevo acuerdo.
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Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
José A. González y Álex Sánchez
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