Secciones
Servicios
Destacamos
Antonio Fernández-Escandón (Gijón, 1953) lleva ya dos años al frente de Femetal. En ese tiempo, ha tenido que navegar entre adversidades como las tensiones geopolíticas, los elevados precios de la energía o la inestabilidad política nacional. Entre sus logros, se encuentra la firma del ... primer convenio del metal que se ha cerrado este año en todo el país –que afecta a más de 25.000 trabajadores– y al que han querido llamar, por ese motivo, 'el adelantado'. Fernández-Escandón desgrana en esta entrevista el momento que atraviesa el sector, pero también analiza los retos y las oportunidades que el metal afrontará en el futuro.
–Hace apenas unas semanas se cerró la firma del convenio colectivo. ¿Ha supuesto un alivio?
–Sí, lo es desde el punto de vista de cerrar un acuerdo para tres años. Ahora bien, nos hemos sentido presionados de una manera que no es normal, por cómo se ha utilizado el tema de la huelga. Pero al final hemos conseguido un acuerdo razonable, entre comillas, porque el principal problema es que estás tomando decisiones para muchas empresas y no todas están en la misma situación, así que decidir sobre salarios y sobre horas de trabajo es muy, muy complicado. Aun así, creo que ha sido bueno y va a dar estabilidad. Es el primer acuerdo que se firma en el sector del metal este año.
–¿En qué situación está el sector ahora mismo?
–Hay que tener en cuenta el momento complicado que atraviesa la geopolítica mundial. Tenemos las guerras de Ucrania y de Palestina y, además, nosotros hemos tenido confrontaciones entre Argelia y Marruecos, países a los que exportan nuestras industrias. En el primer trimestre, la producción industrial cayó en Asturias un 3,04% y el año pasado hubo un crecimiento cero. No estamos para tirar cohetes.
–Uno de los retos que destacó en la clausura de la asamblea es el del absentismo. ¿Cómo reducirlo sin recortar derechos?
–Hay un problema fundamental porque no podemos esperar días y meses para un diagnóstico, eso no puede ser. Sé que la parte social no quiere oír hablar del tema de las mutuas porque se lleva intentando desde hace muchos años, pero es que el absentismo está desmadrado y tenemos que buscar una solución entre todas las partes, porque no es bueno ni para la empresa ni para los trabajadores. Primero, porque los trabajadores lo que quieren es trabajar, y segundo porque el hecho de que de cada 100 trabajadores 10 no aparezcan en todo el año es un auténtico disparate. Yo no sé cuál es la solución mejor, pero que tenemos que buscarla entre todos.
–También advirtió de que hay que mejorar la productividad. ¿Cuál es la receta?
–Es muy, muy difícil. Los sindicatos dicen que el empresario invierta más. Desde mi experiencia, lo que tenemos es desorganización. Que la gente tenga en nuestros talleres todo el material para trabajar en el momento oportuno y que no haya movimientos de un lado para otro de los trabajadores, cuesta muchísimo. Eso solo se consigue mejorar con la digitalización, pero todavía estamos bastante lejos. Se está digitalizando, se está mejorando y las empresas del sector, muchas de ellas medianas, están tratando de conseguirlo, pero todavía nos va a llevar tiempo. Aún no estamos al nivel que se debería tener en una cadena de producción continua, pero alcanzar eso en los talleres de nuestras empresas, que son pequeñas, es complicado.
–¿Y cómo conseguir que esas empresas crezcan?
–Tenemos que intentar que las empresas colaboren más entre ellas; es decir, las empresas más grandes traten de utilizar a las más pequeñas, de forma que sean complementarias y podamos incrementar el valor de todas. La idea es establecer más comunicación y que nos podamos ayudar mutuamente, porque no somos competencia y los conocimientos de una pueden servir a otra. Eso también lleva su tiempo, pero es algo en lo que estamos trabajando.
–En términos de infraestructuras, la apertura de la variante de Pajares ha supuesto un punto de inflexión y la llegada de la Alta Velocidad es inminente. ¿Puede ayudar esto a atraer inversiones y empresas a la región?
–En Gijón y en Avilés tenemos los puertos. Creo que puede ser una gran vía de comunicación con el resto del mundo. Desgraciadamente, las empresas exportadoras no exportamos todo a través de Gijón, sino de otros puertos que tienen mejores redes de comunicación. Necesitamos que haya intercambio cuando vienen y que se vayan llenos. No es fácil de conseguir, pero desde luego que va a ayudar.
–Los precios de la energía están lastrando algunas inversiones. ¿Cómo se puede evitar competir en desigualdad con otros países?
–Hay que mejorar los precios a nivel nacional, pero eso ya depende de las grandes generadoras de energía. Es complejo, porque todavía los costos van a ser altos con el precio del petróleo tan elevado. Se ha cerrado el carbón y se ha transformado prácticamente todo a gas, que es lo que da estabilidad. También se cierran las nucleares y creo que es un gran error, porque Francia sigue apostando por ellas, al igual que Inglaterra y Alemania. Esas inversiones son las que dan estabilidad, porque la energía solar y la eólica están muy bien, pero no ofrecen seguridad en la continuidad del suministro.
–Una de las principales reivindicaciones es del sector una mayor protección fiscal, especialmente para las empresas familiares en el proceso de transmisión
–La transmisión es muy importante para que las nuevas generaciones puedan continuar con el legado. Los impuestos que tienen que pagar son tremendos. Aquí hay ejemplos de empresas que están en Femetal y que esa transmisión les ha costado muchísimo dinero. Si apuestas por la industria, tienes que facilitar que las nuevas generaciones puedan continuar con el negocio familiar.
–En la asamblea agradeció al Principado la apuesta por la Formación Profesional. ¿Cómo de importante es para un sector que requiere de una formación y unas capacidades tan específicas?
–Hace bastantes años, había la figura del aprendiz. Los jóvenes entraban a trabajar y se ponían con oficiales que les iban transmitiendo el conocimiento y la formación para trabajar. Todo eso desapareció, pero se quiere volver a ello con la Formación Profesional Dual, además con un enfoque mejorado, de forma que por un lado se aprende a trabajar y, al mismo tiempo, se está adquiriendo los conocimientos. Los empresarios debemos apoyar a los jóvenes para trabajar, porque si no el sistema no va a funcionar. También es fundamental atraer a las chicas, porque no tenemos un relevo generacional y vamos a tener un problema tremendo en Asturias. Hoy en día, las mujeres, pueden trabajar perfectamente en los talleres, porque el esfuerzo físico ya no es el mismo que hace 50 años.
–Este sector no se entiende sin la innovación. ¿Qué papel juega ahí ese clúster que ahora se denomina Femetalindustry?
–Lo que queremos es que las empresas colaboren de forma que generen mucho más valor añadido, porque hoy en día competir por precio es una auténtica locura. Al final es algo que te ahoga, porque estamos todos compitiendo y lo que tienes que tratar es de darle más valor a tu producto y convencer al cliente de que lo que necesita es eso. Es una forma de trabajar que permite diferenciarte de los competidores. Los clústers y los centros de innovación son fundamentales para ello.
–Ahora mismo hay un bloqueo de la inversión en la planta de DRI. Por un lado, está la subvención del Gobierno, pero por otro algunos estudios señalan que podría ser más eficiente importarlo de fuera. ¿Qué hace falta para que se concrete?
–Parece que de momento es inviable con los precios de la energía que tenemos. Había una gran ilusión por parte de ArcelorMittal de ir adelante con ese con el DRI, pero se está enfriando porque con el precio actual de la energía no es viable. El proyecto era poner unos hornos con reducción directa, eliminar los altos hornos y crear una comunicación de hidrógeno utilizando toda la generación de energía que se produce en campos solares para producir el acero, pero ese proyecto quedó parado. Yo creo que mientras no tengan claro que la energía va a tener un precio claro y que va a ser estable no van a ir adelante con la con la inversión. Está pasando lo mismo en toda Europa, en Francia, en Alemania, con unas inversiones brutales. Mientras no tengan claro eso, yo creo que van a apostar por los hornos eléctricos, con todo el tema de chatarra, y mantener un alto horno, pero eso son suposiciones mías.
–El proceso de descarbonización supone riesgos, pero también oportunidades. ¿De qué forma pueden las empresas asturianas sacar el máximo partido?
–En cuanto a la captación de CO2, por ejemplo, no hay tecnologías los suficientemente avanzadas o las que hay son muy caras. En ese sentido, si se desarrollan y fuésemos capaces de aprovechar ese dióxido de carbono para producir combustibles sintéticos de forma eficiente y rentable, ahí hay una oportunidad. El tema es qué coste va a tener porque al final todo es coste y aprovechamiento. El que emite CO2 va a tener que pagar y, si salvamos y reducimos esas emisiones, es una oportunidad y habrá que tratar de aprovecharla. Creo que esos centros de captación pueden ser muy importantes. Sería fantástico que tuviésemos la oportunidad de captar el CO2 y generar una industria nueva donde las empresas puedan desarrollarse tecnológicamente en ese sentido.
–¿El Mecanismo de Ajuste en Frontera por Carbono, puede suponer un freno a las importaciones?
–Me parece un disparate. Estamos creando nuevas fronteras cuando realmente lo que tenemos es que abrirlas y ser competitivos cada uno en su área. Queremos proteger la industria del acero, pero hay que llegar a acuerdos para que todas las partes trabajemos igual. ¿Queremos que el mundo funcione mejor o que funcione peor? Ahora Estados Unidos ve cómo China ha crecido de una forma espectacular en los últimos 20 años. Les hemos transmitido tecnología, les hemos enseñado a fabricar y aquí nos hemos olvidado porque allí fabrican más barato. Tenemos que volver a fabricar aquí también y que se compita, pero los aranceles yo personalmente creo que es un grave error.
–¿Cómo afecta el sector la inestabilidad política
–Lógicamente, a las empresas que trabajan para para la administración, por así decirlo, les va a afectar, porque no hay un presupuesto aprobado. Tenemos que seguir con los del año anterior, entonces ahí todas las inversiones que pueda haber a nivel tanto regional como nacional van a sufrir las consecuencias de esa ausencia de presupuestos, eso está claro.
– Parece que en julio el Consejo de Ministros tiene previsto aprobar la nueva Ley de Industria ¿Qué impacto tendrá en el sector?
–Todavía es muy reciente. Lo que está claro, es que se va a intentar ir hacia una circularidad en la que todo se consuma y todos los subproductos vuelvan otra vez al circuito. Se pondrá el foco en la digitalización y en la reducción de las emisiones CO2. Habrá oportunidades para la mejora de la industria.
–Respecto a la financiación, usted señaló los tipos de interés, pero también la opa de BBVA a Sabadell como condicionantes. ¿Qué escenario sería el ideal?
–Que todo siga como está, porque el Sabadell Herrero tiene una red muy importante en Asturias. Los bancos tienen clasificadas a todas las empresas, con unos límites de financiación. Si teníamos concedida una línea de crédito en el BBVA y otra en el Sabadell Herrero, el límite si ambas se acaban fusionando nunca será la suma de la financ-iación de las dos, sino que será inferior, así que en ese sentido nos puede afectar. Además hay un problema de morosidad, porque con la morosidad estás financiando a quien no paga, pero hay unos 'lobbies' importantes en España que impiden que haya una solución a este problema.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Estos son los mejores colegios de Valladolid
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.