La fuga fiscal de los ricos se agrava en Asturias y tiene Madrid como destino preferente

Así, el IEF analiza qué ha sucedido con aquellos que tributaban en las distintas regiones, incluida Asturias, en 2006, y donde lo hacían diez años después. Y posteriormente, investiga qué ha sucedido con los más ricos hasta 2019. El resultado es que del Principado, hasta 2016, se marcharon 804 contribuyentes empresarios, un 1,04% de este colectivo. Y 448 se fueron a Madrid, el 55,5%. El siguiente destino, aunque ya muy alejado, fue Baleares, con 81, seguido por las vecinas Galicia (75) y Cantabria (72). Pero se da la circunstancia de que, a la vez que hay empresarios que se van, otros vienen. Y, pese a las críticas sobre la fiscalidad asturiana, en ese periodo llegaron más de los que se marcharon, en concreto 1.538, casi el 2% del total. En realidad, hay casi tantas regiones con un saldo migratorio positivo como comunidades donde sucede lo contrario.

Sin embargo, esta proporción cambia cuando ese contribuyente tiene unos muy ingresos abultados. El quintil superior, es decir, la quinta parte que más declaraba en su IRPF, dispara la proporción de los que se van. En este caso, ya solo tres regiones presentan un saldo migratorio estrictamente positivo: Baleares, Madrid y Valencia. En esa década estudiada, de Asturias se fueron 275 en ese tramo superior, el 2,9% del total. Esto implica, además, que uno de cada tres empresarios que abandonaron la región está en esa quinta parte más pudiente. Y, de ellos, el 77% cambió el Principado por Madrid, 212.

Igualmente, no todo son impuestos, también hay aspectos que pesan, como el efecto capitalidad de Madrid o la calidad de vida de ciertas regiones. De hecho, en ese mismo periodo, aunque Asturias perdió más empresarios ricos de los que ganó, la diferencia no es ni mucho menos abrumadora: en el Principado se asentaron 267, apenas ocho menos de los que se fueron.

Sin embargo, la situación se agrava después en el caso de los más acaudalados. Entre 2016 y 2019, el IEF cuantifica que los «ricos» que dejaron Asturias fueron 155, en un periodo muy inferior al anterior, y de ellos 80 optaron por Madrid. De hecho, esa consideración de ricos que aplica el análisis es aún más restrictiva que en el análisis 2006-2016, ya que para ello cuenta la centila superior por base imponible declarada de IRPF y patrimonio poseído en 2016. Es decir, aquellos que están en la centésima parte más rica. Frente a estas marchas, llegaron la mitad, 84, la mayoría de Galicia (46). Solo lograron saldos positivos Madrid, Cantabria, Extremadura y Galicia.

El estudio concluye que esta migración, sin ser muy importante cuantitativamente –en el país es del 1,2% entre los 'ricos' en el período 2016-2019–, apunta a Madrid como destino y que, además, el contribuyente que cambia de residencia presenta una mayor base imponible y cuota íntegra en el IRPF y declara un mayor importe en los bienes y derechos que consigna en el Impuesto de Patrimonio. «Los factores fiscales han coadyuvado», junto a la presencia de determinadas características personales y a las diferencias regionales en ciertos factores, sobre todo, en el caso de los contribuyentes más pudientes, explica. A ello, el IEF suma otras cuestiones que ayudan a la capital, como que el sector público concentre sus centros de decisión en Madrid y que las sedes de dirección efectiva de las grandes empresas también lo hagan. Y cita, además, un trabajo del IvieLab de 2020 que analizaba con detalle la creciente capacidad de atracción de capital humano de la capital, que explica por tres factores: la existencia de una oferta educativa especializada extensa, el protagonismo en la región de sectores basados en el conocimiento y la buena conectividad con el resto del país.

Con todo, el IEF considera que la fiscaldidad es clave y que el análisis refuerza las peticiones de mayor armonización tributaria en los impuestos cedidos con capacidad normativa autonómica. «Por ejemplo, el esquema seguido en un impuesto municipal como es el IBI marcaría un posible camino a seguir: la fijación de tipos mínimos con cierta discrecionalidad subcentral para su aumento (dentro de un intervalo también prefijado)», defiende el informe.

Igualmente, en el análisis reconoce ciertas limitaciones, como no poder contar con un período temporal de análisis más amplio, las dificultades para medir las diferencias regionales en Sucesiones y Donaciones, porque no se puede hablar de «una herencia-tipo», y la falta de microdatos año a año.