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SANDRA S. FERRERÍA
OVIEDO.
Jueves, 8 de abril 2021, 02:58
«No tiene nada que ver el Impuesto de Sucesiones con la continuidad o no de la actividad económica de las empresas. Absolutamente nada que ver». Así de tajante se mostró ayer el presidente del Principado, Adrián Barbón, al responder a una pregunta formulada ... por Foro durante el Pleno en la Junta General sobre este polémico tributo, que enfrenta a partidos políticos, pero también a comunidades autónomas.
Para el jefe del Ejecutivo regional, este gravamen no frena la continuidad de las compañías en el territorio asturiano. Así, mantuvo que en el Principado pagan «en línea directa» el impuesto de Sucesiones «menos del 1% de los contribuyentes, en torno a 200 personas al año».
El portavoz de Foro Asturias, Adrián Pumares, se mostró en desacuerdo y volvió a solicitar que se suprima este tributo, como lo están haciendo otras comunidades autónomas. Según afirmó, este gravamen en el Principado, «el más alto de toda España» y está provocando «la deslocalización de empresas y la emigración del talento empresarial».
Barbón negó tal conclusión, recalcando que en la región, a través de las bonificaciones, «garantizamos la continuidad de la actividad económica».
Respecto a las posibles deslocalizaciones, el presidente del Principado destacó durante su intervención que en 2020 «hubo más empresas que vinieron a Asturias que las que marcharon», con lo que el impuesto no traería consigo ese efecto negativo remarcado desde Foro Asturias.
Asimismo, sobre las herencias en el ámbito empresarial, recordó que existe una bonificación para las compañías del 99%, con lo que «somos de las regiones que tienen mayor amplitud de bonificaciones a las empresas, con independencia de su valor».
Adrián Pumares también reprochó a Barbón que los altos impuestos y el afán recaudatorio «vienen en el ADN de los socialistas, al igual que el desplifarro o el endeudamiento que compromete el futuro de nuestra tierra». El presidente del Ejecutivo regional, por su parte, defendió el sistema impositivo regional señalando que, aunque a nadie le gusta pagar impuestos, es «el precio» del estado de bienestar, con lo que sin ellos no habría sanidad, ni educación, ni políticas sociales «ni lucha contra pandemias».
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