–Afronta una nueva etapa al frente del sindicato enAsturias. ¿Qué retos se plantea?
–Uno de los objetivos es la concertación, que hay que renovar en junio.Y creo que en Asturias necesitamos un fondo de rescate para las personas.Los fondos autonómicos y estatales son para empresas, microempresas y autónomos, pero las prestaciones por desempleo de quienes están en ERTE rondan los 200 o 400 euros. En otras comunidades se han complementado y hay que hacer un anexo en la concertación que lo recoja.Necesitamos un plan de choque contra el desempleo juvenil y dejar de penalizar la jubilación anticipada, que es la mejor fórmula que tenemos para rejuvenecer las plantillas.
–El jueves se manifiestan en defensa de la industria. ¿Se sienten apoyados por el Principado?
–Yo sí me siento respaldado.Otra cosa es que hicimos una alianza por la industria para hacer ver al Gobierno de España que no está apostando por una transición energética justa enAsturias y que le dio al presidente del Principado un arma muy poderosa para que el Gobierno lo recibiera. No se le recibió, y no es que piense que el Gobierno de Asturias no nos respalde, pero sí que esa influencia que decía que tenía, no la tiene. Y si la tuviera, lo que le dijimos es que la ejerza, porque nos estamos jugando mucho.
–La situación de la industria viene de lejos. ¿Han sido los sindicatos suficientemente combativos este tiempo?
–Los sindicatos siempre hemos sido combativos.Es verdad que hubo una época, sobre todo en la salida de la anterior crisis, que nos dejó en una situación difícil por la reforma laboral. Ahora estamos en movilizaciones, pero debe hacerlas la sociedad asturiana al completo. El problema no solo lo tienen los trabajadores: lo tiene el Principado, los empresarios. Todos tenemos que presionar para que nos den alternativas de una transición justa para que Asturias no quede reducida a la insignificancia.Esta región solo puede ser industrial.
–La patronal les invitó a salir a la calle. ¿Les echan de menos ahora en esta etapa más reivindicativa?
–Sí, claro.Tienen que hacer algo. Si al final la forma de buscar competitividad es dejar que los trabajadores salgan a la calle y usarlos de ariete contra el Gobierno, no estarán haciendo nada.
–¿Esperaban más de este Gobierno?
–Sí que esperábamos más. Había encima de la mesa cuando se presentaron a las elecciones una serie de compromisos que hicieron que masivamente la gente de izquierdas saliera a votarlos. El Gobierno del PP tardó 22 días en poner en marcha una reforma laboral que nos fastidió la vida a todos. Aquí llevamos un año y medio y todavía no se ha derogado. Si hubieran tomado medidas rápido, posiblemente en los resultados electorales autonómicos les hubiera ido mucho mejor.
–Se espera que los primeros fondos europeos lleguen en junio. ¿En qué se deben invertir?
–Está establecido para qué se pueden utilizar: eficiencia energética y transformación digital.A partir de ahí, hay que tener en cuenta el tejido asturiano de microempresas y poner fórmulas para que estas compañías también puedan acceder. Muchas son pequeñas y van a necesitar asesoramiento.
–El Gobierno ha tomado cartas en el problema de Alcoa y ha accedido al rescate de Duro. ¿Esa vinculación directa es suficiente o hay que potenciar más esas vías?
–Tiene que haber un control público de sectores estratégicos. No hablamos de nacionalizar, sino de que hay sectores estratégicos de los que depende el crecimiento económico y la vida de un país que tienen que tener un control público.
–Hay nuevas realidades laborales que dificultan la presencia sindical. ¿Cómo piensan afrontar esa circunstancia?
–Lo primero es que los convenios sectoriales marquen las pautas de estas empresas.Necesitamos una sensibilización de los trabajadores de compañías muy digitalizadas, que ofrecen servicios que se hacen a distancia. Creemos que esto va a llegar, el sindicato tiene que actualizarse y adaptarse a estos retos.
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