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El contrato relevo manufacturero va mucho más allá de Arcelor. Aunque sea el malestar de trabajadores y sindicatos de la multinacional el que está poniendo sobre la mesa el problema que supone el fin de esta modalidad de jubilación parcial, en la región hay alrededor ... de 30.000 operarios cuyos convenios incluyen el derecho a acogerse a ella. Sin embargo, el 31 de diciembre esa posibilidad se complica, al finalizar la normativa que lo ampara, que fue prorrogada en diciembre de 2018.
A partir del 1 de enero, el contrato relevo seguirá existiendo, pero será con carácter general y, por tanto, no se contará con los beneficios que ahora recoge el manufacturero, al entender que se trata de labores que comportan relevantes esfuerzos físicos. Tanto empresarios como sindicatos urgen una prórroga 'in extremis' para este modelo. Lo hacen a nivel nacional, pero especialmente en Asturias, donde el impacto del fin de este mecanismo «vital» se considera mayor. El Consejo de Ministros de mañana se antoja la última oportunidad para salvarlo.
«El fin del contrato relevo puede suponer un duro golpe para la economía asturiana. Su eliminación, prevista al finalizar este año, puede hacer peligrar empleos vinculados directamente a esta figura y, algo que nos preocupa todavía más, dificultar la creación de nuevos puestos de trabajo, que Asturias necesita más que nadie», señala contundente la presidenta de la Federación Asturiana de Empresarios (Fade), María Calvo.
El objetivo con el que se puso en marcha este sistema es el rejuvenecimiento de las plantillas en sectores en los que la actividad es más penosa.De hecho, se exige que el trabajador que lo solicite realice funciones que requieran esfuerzo físico o alto grado de atención en tareas específicas y en empresas clasificadas como industria manufacturera. Pero, además, con el contrato relevo también se fomenta la contratación indefinida y el incremento de la productividad. «Permite, además, mantener el conocimiento de los trabajadores cuando entran otros con menos experiencia. Es un elemento fundamental y de las mejores formas para abordar la transición y conservar el saber de los trabajadores que se van para casa», explica el secretario general de CC OO de Industria de Asturias, Damián Manzano. Él lo conoce bien, ya que precisamente se incorporó a Alcoa en su momento como relevista mediante este mecanismo, que en Asturias recogen como derecho los convenios del metal, de la industria auxiliar o del automóvil.
Porque no es solo Arcelor. La semana pasada se ratificó en Santa Bárbara la salida de una treintena de trabajadores mediante contrato relevo justo antes de que expire esa posibilidad. «En una región eminentemente industrial como la nuestra importa muchísimo. Es una herramienta fundamental para rejuvencer la plantilla y también para los trabajadores de más edad. Exigimos una prórroga», coincide el secretario general de UGT-FICA en el Principado, Jenaro Martínez, que insiste en no poner solo el foco en la siderúrgica y ampliarlo al resto de la industria manufacturera y auxiliar. «El contrato relevo permite una jubilación progresiva al tiempo que incorpora a un nuevo trabajador en periodo de formación. Es una de las puertas de entrada de nuestros jóvenes al mercado laboral y a un sector, como es el industrial, con salarios elevados y alto valor añadido», explica a su vez María Calvo. De hecho, para que pueda producirse ese relevo tiene que haber una correspondencia entre las bases de cotización del empleado que se acoge a la jubilación parcial y el que llega, de modo que las de este último no puedan ser inferiores al 65% del promedio del último medio año del que se va.
33 años cotizados
En realidad, el contrato relevo no desaparece, lo que finaliza es el específico de la industria manufacturera, que permite acogerse a él antes y en mejores condiciones. Lo que sucede en Arcelor ejemplifica bien la diferencia: hasta que acabe el año, los trabajadores nacidos en 1961, por tanto con 61 años, y con 33 cotizados podrían ya legalmente jubilarse parcialmente. Sin embargo, si la compañía no desbloquea sus salidas en lo que queda de semana, tendrán que esperar.
Según detalla el Ministerio de la Seguridad Social, en 2023, la edad establecida será ya de 62 años y cuatro meses y 35 y nueve meses de cotización; en 2024, 62 años y seis meses y 36 cotizados... Y así irá aumentando hasta establecerse en los 63 a partir de 2027, con 36 años y medio cotizados. «En la práctica, con el general, hay unas condiciones que no interesan a las empresas, ya que no es igual de beneficioso, incluso tampoco para el trabajador, así que la gente desiste», explica Manzano, que ve un «error» que el Gobierno no haya planteado la prórroga, porque «beneficia a todo el mundo».
«Es un pilar fundamental», añade Martínez, que avisa de que su sindicato no permitirá que se use como moneda de cambio para aprobar la segunda fase de la reforma del sistema de pensiones, que en la actualidad negocia el ministerio que dirige José Luis Escrivá. El compromiso del Gobierno con Bruselas era que estuviera lista antes de que acabara el año, pero ya se da por hecho que hasta enero no se impulsará y el acuerdo es muy lejano.
Frente a esto, sindicatos y Fade exigen que el Gobierno mueva ficha esta misma semana para otorgar otra prórroga a este mecanismo. A nivel nacional, la demanda es similar. CEOE, Cepyme, UGT y CC OO ya han reclamado al Ejecutivo que recapacite. También lo han hecho patronales sectoriales como Anfac (Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones), que cifran en 8.000 los contratos relevo del sector manufacturero firmados hasta noviembre en España.
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