Secciones
Servicios
Destacamos
NOELIA A. ERAUSQUIN
GIJÓN.
Lunes, 11 de octubre 2021, 00:51
La estacionalidad de buena parte del mercado laboral asturiano no afecta por igual ni a todas las actividades ni a todos los trabajadores. Esto se comprueba, claramente, con las cifras del paro registrado hechas públicas la pasada semana, que revelan cómo mujeres y jóvenes son los principales afectados por el fin de la temporada estival, precisamente, porque ellos concentran mayores porcentajes de contratos temporales y también tienen una mayor presencia en el sector servicios, el más afectado por las fluctuaciones de demanda de mano de obra. De hecho, de cada tres nuevos desempleados de septiembre, solo uno era varón. 1.703 mujeres se inscribieron en las oficinas del antiguo Inem por 836 hombres.
Si el paro registrado aumentó en un 4,12% en Asturias el pasado mes, para ellas lo hizo un punto y medio más que para los varones. En concreto, subió en un 4,79% y para ellos en un 3,20%. En el caso de los menores de 25 años, el incremento se disparó al 13,19%.
A pesar de que en septiembre se rompió una racha de seis meses consecutivos de descenso del paro, las cifras actuales se sitúan en niveles previos a la pandemia, pero demuestran que la brecha entre hombres y mujeres se agranda. Como ya sucediera con la Gran Recesión, la mejoría es desigual. Así, en marzo de 2020, cuando se decretó el estado de alarma, el 55,52% del total de desempleados pertenecía al colectivo femenino, por un 44,48% de varones. Ahora, de los 64.208 parados que hay en la comunidad, el 58%, 37.278, son mujeres y el 42%, 26.930, hombres. La brecha se ha ampliado de 11 puntos a 16. Si se toma como referencia la recuperación del último año, el desempleo cayó para ellos un 22,68% en términos interanuales y para ellas un 13,66%.
Los factores que inciden en esta evolución son variados. Por un lado, la salida, también desigual, de la crisis de los distintos sectores. Mientras industria y construcción, profesiones muy masculinizadas, están convirtiéndose en el motor de la recuperación y presentan actividades mucho más estables, los servicios se encuentran aún debilitados y se ven muy afectados por la estacionalidad. De hecho, el grueso de los 3.908 asturianos que siguen en ERTE se concentran en esta actividad. El problema es que, además, el 65,7% de los parados de este sector son mujeres (31.208) y este, a su vez, concentra el 74% del paro en la región (47.446). Un cóctel complejo de digerir para la mano de obra femenina.
Resulta, además, que los sectores más feminizados ofrecen de forma tradicional peores condiciones laborales. La brecha salarial en Asturias, la más alta del país, ronda los 8.000 euros al año y ellas son mayoría en los empleos eventuales y en los contratos a tiempo parcial. De hecho, solo un 6,3% de los hombres tiene un contrato a tiempo parcial, mientras que en el caso de las mujeres es una de cada cuatro, en muchos casos de forma involuntaria, advierten los sindicatos.
En lo que se refiere exclusivamente a los contratos de septiembre, de los 28.638 firmados el pasado mes, el 84,2% correspondió a servicios. Además, 14.756 fueron suscritos por mujeres, casi mil más que en el caso de los hombres -en muchas ocasiones una misma persona va enlazándolos-, y de ellos cerca de 8.000 fueron a tiempo parcial, el 53%. Mientras que entre los varones fue un 33%, 4.601.
En el caso de los jóvenes, el problema suele residir en la falta de oportunidades, aunque también incide en estas cifras que en los inicios de la carrera profesional se dan, habitualmente, peores condiciones. Así, entre los menores de 25 años, los contratos de tiempo parcial llegaron al 54%.
«Las diferencias de género continúan aumentando», destaca Belén Bernabeu, secretaria de empleo de UGT Asturias, que racalca cómo a ellas les afecta un mayor aumento del desempleo, así como a los jóvenes, que también «están sufriendo duramente el impacto de la crisis». En este sentido, su sindicato pide al Principado medidas que lleguen a las personas y, especialmente, a los más vulnerables. «Un crecimiento económico inclusivo y sostenible debe basarse en la generación de empleo de calidad», señala UGT.
Por su parte, el secretario general de CC OO de Asturias, José Manuel Zapico, reclama «empleo estable y con derechos». Su sindicato llama la atención sobre cómo la tasa de paro juvenil ha crecido 12,4 puntos con la pandemia y cómo está afectando a las mujeres, «que salen peor paradas». En este sentido, piden una recuperación con «empleo decente, salarios justos e igualdad», en la que buena parte de los empleos que se creen con la recuperación beneficien al colectivo femenino «para avanzar en la eliminación de las brechas».
USO pone el foco en otro aspecto. «Se está creando un nicho de pobreza y exclusión muy grave entre las paradas de larga duración de más 44 años», advierte su portavoz en Asturias, Manuel Rivero.
Asturias tiene 5.954 parados que figuran en 'colectivo sin empleo anterior', de los cuales el 62,56% son mujeres. Pero este epígrafe no abarca únicamente a los trabajadores que están buscando realmente su primer empleo, que sería una realidad en la mayoría de los menores de 25 años e incluso en el tramo 25-29, explican desde esta organización. En él se recogen también los parados de larga duración que ya no figuran adscritos a su sector precisamente por llevar más de un año en desempleo. Del total, 1.527 son mujeres mayores de 44 años, lo que significa que más de la cuarta parte del colectivo sin empleo anterior, son paradas de larga duración «en una edad que las aboca a la exclusión social y a la pobreza severa». Entre los hombres, esa cifra es mucho menor, 444. Para ellas, Rivero aboga por políticas y planes de empleo propios, «pues no puede permitirse una exclusión total».
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Nuestra selección
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.