Más encargos que compras mientras se mantiene cierta estabilidad en los precios

A partir de la próxima semana se notarán más ya que la gente quiere llevar los productos a casa. «Ahora se mira mucho y se encarga bastante, pero se lleva poco», cuenta la mayoría de los comerciantes de la Plaza.

Se esperan, inevitablemente, incrementos de precios muy elevados, «hasta el doble o más». El cordero será «prohibitivo», lo que lleva a algunos, como Covadonga Cueto, a decantarse por el rosbif. «Lo congelo y lo cocino el mismo día por la mañana. Es cómodo y mucho más asequible» porque, como dice Liliana Suárez, de Carnicería Mercedes Peón, «el cordero la semana pasada estaba a 26 euros, la próxima a 36 o más y seguirá subiendo».

El consumidor se lamenta de estas subidas en fechas en las que, precisamente, más se consume. Pero «el comer yo no me lo quito», dice Montse Figueroa que espera pacientemente en la cola de la Pescadería Semar; junto a ella, Rosa Blanco, que reconoce que «en Navidad te apetecen más el marisco y los langostinos de gama más alta y no te importa estirarte para compartirlo con la familia». La pescadera Carmen Domínguez, apunta encargos en las baldosas de la pared de su tienda. «La merluza es la estrella, junto a la almeja y la gamba; el rape se ha vendido mucho para congelar, eso sí que se dispara, cada semana, 5 ó 6 euros». Pese a los esfuerzos, hay productos, como el virrey, que solo se vende bajo encargo porque «ya está a 70 euros en rula».

«En estas fechas hay que hacer un esfuerzo», dice el gijonés Carlos Acle que reside en Madrid desde hace unos años. Reconoce que cada vez los precios de los artículos son más caros, aunque «yo lo comparo con el coste de Madrid y aquí resulta más asequible».

Y arriesgada es Ángeles Fernández, de Dulce y Amargo, que aunque no renuncia a ofrecer a la clientela su tradicional mantecada de Felipe II y los panettones y turrones de calidad que siempre tiene, este año ha incluido la fresa caramelizada bañada en chocolate, el bombón de turrón y el milhojas de naranja y bombón de almendra. «Cada vez más la gente joven se anima a la buena cocina y hay mejores paladares». La semana de Nochebuena, dice, «es una locura».