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Empleados de Arcelor concentrados ayer en la portería de Veriña. DAMIÁN ARIENZA

Veriña y Oviedo, escenarios de protesta de los trabajadores de Arcelor durante la negociación

Durante la concentración en la capital asturiana se hizo latente la fragmentación entre una parte de los empleados y algunos sindicatos

Eduardo Paneque y sandra s. ferrería

Gijón

Martes, 8 de diciembre 2020, 03:11

La entrada de Veriña, en Gijón, y la calle Quintana, en Oviedo, se convirtieron ayer en los escenarios de las protestas y movilizaciones de decenas de trabajadores de Arcelor. Aún con el cierre patronal vigente de la acería de Gijón, y la ... huelga convocada por CC OO y CSI, que no tiene efectos debido a ese cierre, las movilizaciones siguieron en pie.

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La de Veriña fue una movilización más mermada que en las jornadas anteriores, y no por las adversas condiciones climatológicas que en ningún caso habían sido impedimento, sino porque la vista estaba puesta en la reunión que se mantendría el SASEC por la tarde. El medio centenar de empleados que se congregaron estaban más pendientes de lo que allí se pudiera acordar o, como sucediera el sábado, prolongar un conflicto que tiene ahora mismo a 320 empleados sin empleo y suedo.

El comentario más escuchado a la puerta de la fábrica era: «¿Vais a ir a Oviedo?». También la respuesta más repetida era que sí. Las lluvias torrenciales no impidieron una multitudinaria afluencia el sábado y todo hacía entrever que tampoco sería así en esta jornada.

«Los ánimos están bastante altos, aquí seguiremos», explicó Xuan González, trabajador de los hornos altos, quien confesó que no había perdido el optimismo de cara a por la tarde y que se alcanzara un acuerdo. «Tenemos unos puntos claros encima de la mesa para suspender los paros, están resabidos, toca ver qué nos dice la empresa», añadió José Luis Vázquez, trabajador de carril. En su sector, carril, buena parte de esta plantilla está en ERTE desde la noche pasada. No es su caso porque «solo está de ERTE laminación, y zonas comunes pero en el acabado todavía hay mucho saneo y stockage».

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No obstante, la cita de ayer en Veriña estaba más pensada para quienes no pudieron asistir ni el domingo ni a la asamblea improvisada que se organizó a las puertas del SASEC el mismo sábado.

Eduardo Llaneza fue uno de los miembros del comité que estuvo en Veriña y que se sentó por la tarde en la mesa negociadora. «Nosotros lo tenemos claro, ya lo dijimos el sábado, la Asamblea es soberana, mientras no se respeten los puntos que están encima de la mesa y que se decidió con los trabajadores, las huelgas no se van a desconvocar», advertía por la mañana.

Los pronósticos, o lo que se había venido fraguando, se cumplió. Incluso con creces dado que, en esta ocasión, ya con cierto desgaste, también pesaba la hora y la limitacion de vuelta con el toque de queda. El ambiente en Oviedo no fue igual de pacífico que en Veriña. En la calle Quintana de la capital hubo más petardos, más cánticos y se visibilizó esa división entre los sindicatos cada vez más latente.

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A falta de media hora para que comenzara la reunión, los empleados de Arcelor iban llegando a los alrededores del SASEC. Desde el primer minuto los trabajadores lanzaron decenas de petardos y gritaron «¡Acería, solución!» y «¡Dirección, dimisión!».

También se hizo palpable la fragmentación que existe dentro del comité de empresa. Los trabajadores concentrados del CSI y de CC OO llamaron «vendidos» a los representantes de USO a su llegada al SASEC y durante la bajada desde el Servicio de Solución Extrajudicial hasta la oficina en la que se celebró el encuentro entre Arcelor y los sindicatos. Unos metros de distancia marcados por los abucheos de los trabajadores a una parte del comité de empresa. Tal y como ocurrió el sábado, el encuentro se celebró en la calle Quintana, con el objetivo de asegurar la distancia de seguridad entre los presentes.

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«No dudamos de vosotros, pero sí de algún pájaro que está dentro y no nos representa», advirtió uno de los trabajadores cuando el comité de empresa bajó pasadas dos horas y media del inicio de la reunión para trasladarles cómo iba la negociación.

Con todo, los empleados de Arcelor no se dejaron aplacar ni por el frío ni por la lluvia caída durante la tarde en Oviedo. En corrillos esperaron a que finalizara la reunión.

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