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Edificio de TSK en el Parque Científico y Tecnológico de Gijón. JOAQUÍN PAÑEDA
TSK prioriza en su plan estratégico la digitalización, las renovables y el almacenamiento energético

TSK prioriza en su plan estratégico la digitalización, las renovables y el almacenamiento energético

La compañía asturiana tiene una cartera de proyectos cercana a los 2.000 millones de euros tras lograr contratos por 900 millones en 2020 y 563 en lo que va de año

Viernes, 28 de mayo 2021, 11:00

El grupo asturiano TSK ya tiene diseñada su hoja de ruta para los próximos dos años y medio, un plan estratégico para el periodo 2021-2023 que pasa por afianzar las actividades hacia las que ha virado en los últimos años, muy relacionadas con la descarbonización y el auge de la digitalización. De hecho, en un entorno que la compañía reconoce como «marcado por la incertidumbre», establece dos áreas principales de actividad: por un lado, el desarrollo de tecnologías sostenibles y digitales en el campo industrial y energético y, por otro, el de plantas de renovables y almacenamiento de energía a través de su filial Edersa, que ya dispone de una cartera de 5.000 MW solares en diferentes fases de desarrollo en países como Italia, Panamá, México, Colombia y Egipto. Según el plan, las ventas acumuladas para el período 2021-2023 superarán los 3.000 millones de euros y el ebitda acumulado alcanzará los 313 millones de euros, calcula el grupo.

La nueva estrategia de TSK, «que se pone en marcha en un contexto de histórica dificultad» , tiene como objetivo reafirmar su perfil altamente tecnológico, consolidar su transformación y lograr una importante generación de caja, a la vez que ofrece soluciones sostenibles para los sectores industrial y energético. «La compañía pone en valor sus actuales fortalezas para sumar nuevos pilares en los que se apoyará en el futuro, como son la digitalización y sostenibilidad de procesos industriales, así como la hibridación de diferentes fuentes de energía y el almacenamiento a partir de renovables», subrayan fuentes de la empresa.

A pesar de un 2020 convulso, en el que la pandemia supuso importantes sobrecostes -cifra en 50 millones su impacto negativo-, como el distanciamiento social y medidas especiales en los proyectos, vuelos de repatriación e inactividad debido a cuarentenas en los diferentes países, así como costes directos derivados de la extensión de proyectos, TSK subraya que durante el pasado año lograron contratos por 900 millones de euros a los que se suman 563 en lo que va de año, lo que le permite contar con una cartera cercana a los 2.000 millones. Entre ellos destacan una planta de azúcar en Tanzania, una planta de Biomasa en Costa de Marfil, una planta de valorización de residuos en Irlanda y varias plantas fotovoltaicas en República Dominicana, Mozambique y España. De hecho, la compañía subraya en la presentación de su plan estratégico, que su alto grado de flexibilidad en función del escenario macroeconómico le permitió responder «muy positivamente en 2020», con un ebitda de 65 millones de euros «a pesar de un descenso en las ventas hasta los 590 millones de euros producido por la ralentización de la actividad y paralización de proyectos durante 2020 consecuencia de la pandemia». El beneficio antes de impuestos fue de 8 millones. A pesar del complicado entorno, la compañía logró mantener la contratación en máximos y confía en la recuperación de las ventas en este ejercicio 2021.

En este sentido, con su nueva hoja de ruta, TSK no deja de mirar a un futuro «lleno de oportunidades», marcado por la presión demográfica, la emergencia climática, la transición energética, la escasez de agua, la demanda de minerales críticos o la digitalización. Un entorno en el que se ve posicionada «con una ventaja competitiva clara» , gracias a su liderazgo en energías renovables, tecnologías de almacenamiento -que resuelven la intermitencia de las renovables-, hidrógeno verde, instalaciones medioambientales, tecnologías industriales sostenibles y digitalización industrial. TSK ya emprendió este camino hace años con una apuesta clara por las renovables - solar, eólica, biomasa, hidráulica y geotermia-, que le ha llevado a desarrollar proyectos en 25 países, la hibridación de distintas fuentes de energía y el almacenamiento energético.

La alianza alcanzada en 2019 con la inglesa Highview Power le ha permitido ser adjudicataria de una planta de almacenamiento de energía con Aire líquido en el Reino Unido y actualmente se encuentra en proceso de cierre de otros proyectos similares en ese país, Estados Unidos y también en España. En lo que se refiere a la tecnología de hidrógeno, dispone de varios acuerdos con los principales tecnólogos fabricantes de hidrolizadores y con el Centro Nacional del Hidrógeno, y ya se encuentra en fase muy avanzada en varios proyectos para generar hidrógeno verde a partir de renovables en diferentes lugares del planeta. En el campo de la valorización de residuos o 'Waste to Energy', TSK está trabajando en el diseño de una planta de pirólisis en Australia para obtención de biocombustible a partir de residuos agrícolas y en una planta en Irlanda para obtener «syngas» a partir de basuras para su uso en plantas de energía convencional.

Durante 2020, además, TSK aglutinó en la nueva división Digital Innovation todas las actividades que venía realizando en el área de la digitalización de la industria y donde desarrolla soluciones de alto valor añadido que permiten mejorar los procesos y optimizar sus rendimientos, gracias a tecnologías como el big data, Internet de las cosas, visión artificial o realidad virtual. Gracias a ese conocimiento adquirido en los campos de la digitalización de procesos industriales, eficiencia energética y almacenamiento de energía, ha presentado varios proyectos a la Manifestación de Interés solicitada por el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, bajo el programa de Impulso de proyectos tractores de Competitividad y Sostenibilidad Industrial. La inversión prevista supera los 800 millones de euros,

Con cuatro centros tecnológicos: Colonia (Alemania), dedicado almacenamiento de energía; Madrid, especializado en energía; Vitoria, destinado a biomasa y valorización de residuos, y Gijón, que incluye energía, procesos industriales y digitalización, TSK mantiene, además, una plantilla altamente cualificada que supera los 1.000 empleados.

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