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Ó. PANDIELLO / L. CASTRO
GIJÓN.
Martes, 19 de marzo 2019, 04:23
La compañía asturiana TSK tiene desde ayer un nuevo compañero con el que explorar los nuevos negocios derivados de la transición energética y el auge de las energías limpias. Así lo anunció ayer a través de un comunicado, en el que informa una alianza con la inglesa Highview Power para explorar el mercado del almacenamiento criogénico de energía, una técnica reciente y en expansión que pone el foco en la optimización de los recursos energéticos para su mejor aprovechamiento.
La alianza se concreta a través de la creación de una nueva empresa, Highview TSK. La compañía ya cuenta con trabajos previstos en España, Oriente Medio y Sudáfrica, que se ejecutarán entre 2019 y 2022. El proceso con el que trabajarán las nuevas instalaciones es el siguiente: durante los periodos de baja demanda y bajo precio de la energía, la energía 'sobrante' se emplea para licuar el gas criogénico para almacenarlo en un recipiente aislado. Cuando la demanda crece y es necesario echar mano de esa energía almacenada, el gas licuado se bombea y expande para accionar un generador eléctrico, lo que devuelve la energía necesaria a la red.
El proceso, según detallan las empresas, es especialmente atractivo para la generación de energía renovable, que sufre picos de producción en función de las eventualidades meteorológicas. «Los operadores de red recurren cada vez más al almacenamiento de energía de larga duración para mejorar la competitividad de la generación de energía, equilibrar la red y aumentar la fiabilidad. A gran escala, los recursos para el almacenamiento de energía combinados con renovables, son equivalentes en rendimiento -e incluso podrían reemplazar- la carga base térmica y nuclear, además de apoyar los sistemas de transmisión y distribución de electricidad y proporcionar una mayor seguridad de suministro», detallan ambas empresas.
Las expectativas de facturación son positivas para el sector. De hecho, las empresas calculan alcanzar unas ventas acumuladas de 1.000 millones de euros hasta finales de 2021. Highview TSK, en este sentido, contará con un millas de empleados repartidos por las distintas oficinas de las empresas, situadas en Gijón, Madrid, Vitoria, Colonia, Londres y Nueva York.
Que la energía renovable pueda ser almacenada permitirá una transición «inmediata» de la energía térmica y nuclear hacia las renovables. La estrategia de las compañías, por tanto, se centra en la optimización de las renovables, ya convertido prácticamente en un imperativo a raíz de las normativas internacionales que buscan poner coto a las emisiones contaminantes.
«Además de ayudar a resolver la intermitencia de las renovables, las plantas de almacenamiento criogénico de energía apoyan y aceleran la transición energética en combinación con las centrales eléctricas térmicas convencionales, porque pueden optimizar las operaciones utilizando el calor y frío residual en su proceso, permitiendo una producción de energía más asequible y sostenible», sostienen las empresas. La compañía británica ya ha instalado dos plantas de este tipo con una capacidad de 2,5 y 15 megavatios hora (MWh). Esta segunda es la mayor construida a nivel mundial.
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