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LAURA CASTRO
GIJÓN.
Viernes, 11 de enero 2019, 01:43
Alcoa y sus trabajadores están en lados opuestos del tablero a poco más de tres días de que expire el plazo de negociación del ERE. La oferta de la empresa de mantener una mínima parte de la actividad de las plantas de Avilés y La Coruña ... -lo que garantizaría unos 200 puestos de trabajo de una plantilla de casi 700 personas- recibió ayer un «no» alto y claro por parte de los representantes sindicales. Argumentaron que la multinacional no expone «ninguna posibilidad de continuar con las fábricas» tal y como están actualmente, por lo que rechazaron «rotundamente» el planteamiento y presentaron su propia propuesta.
Instaron a Alcoa a «valorar el impacto económico del cierre» de las dos factorías y a «provisionar y entregar» dicha cuantía al Estado, «cediéndole al mismo tiempo la titularidad de las dos empresas». De esta forma, explicaron los representantes de la plantilla, el Gobierno, las autonomías y los comités de empresa de Avilés y La Coruña podrán «buscar sin presión alguna otro productor que se haga cargo de las dos plantas». Tras un receso, la empresa se limitó a corroborar lo alejadas que están las posturas de las dos partes y aseguró que el planteamiento «no es real, sin mostrar el menor síntoma de interés», según sostuvieron los trabajadores. «Consideran que en todo caso esta petición debe hacerla el Gobierno y no nosotros», indicó José Manuel Gómez de la Uz, presidente del comité de empresa de Avilés.
Por ello, los representantes de los trabajadores pidieron ayer una reunión urgente al Ministerio de Industria y confían en que se pueda celebrar el próximo lunes, antes del encuentro con la empresa fijado para las 10 de la mañana. «Queremos que nos expliquen qué pasó en las reuniones de esta semana, porque parece que alguien nos está engañando», opinó Alberto Grijalbo, representante de USO en el comité de empresa avilesino. Aprovecharán, asimismo, el encuentro con miembros de la cartera que dirige Reyes Maroto para poner sobre la mesa su propuesta de cesión de las plantas.
No obstante, la primera cita que tendrán los representantes del comité de Avilés será la asamblea convocada con los trabajadores a las 14 horas. Temen que lo planteado por Alcoa divida a los empleados y cause algún tipo de enfrentamiento, pues la empresa está dispuesta a conservar únicamente a un tercio de la plantilla gracias a las fundiciones, donde se producen tochos y lingotes de aluminio, de La Coruña y Avilés. «Son instalaciones que también se ven afectadas por problemas productivos y organizativos y que seguirán resultando deficitarias -en torno a 4 millones negativos en cada planta-, pero el ánimo de mantenimiento de empleo llevaría a Alcoa a reconsiderar su cierre y a modificar su propuesta de afectados inicial», expuso la empresa en la oferta trasladada ayer a los representantes sindicales.
La medida garantiza el trabajo, sin límite de tiempo, de unos 200 trabajadores y el resto, en torno a 500 operarios, irán al paro una vez se paralicen de forma controlada las series de electrólisis -lo que llevaría aproximadamente treinta días- a través de un expediente de regulación de empleo temporal (ERTE) a la espera de que aparezca un inversor antes del 30 de junio. Durante este tiempo, la empresa se compromete a llevar a cabo un proceso de «venta activa» para buscar posibles compradores, pues «en ningún caso» hay compromiso por parte de la multinacional de volver a arrancarlas. De no lograrse esta circunstancia, los trabajadores que ya no pertenezcan a Alcoa serán indemnizados a través del plan social.
Alcoa ofrece unas compensaciones de 45 días por año trabajado hasta un máximo de 24 mensualidades, un total de 22 prejubilaciones entre Avilés y La Coruña -la mayoría afectarían a la factoría gallega, pues la edad media de la plantilla asturiana está en torno a los 40 años- y recolocaciones.
En este último apartado, no obstante, dependerían de la voluntad de los trabajadores de San Ciprián, pues Alcoa ofrecerá a los operarios de 57 años o más de la planta de Lugo la posibilidad de causar una baja incentivada. Esto es, un despido pactado entre la empresa y los trabajadores interesados. «Podría llevar a la recolocación aproximada de 50 empleados», indicó la multinacional, que agregó que «nuestra intención es que sean las personas con mayor antigüedad y no prejubilables las que tengan preferencia» en esto.
Para las prejubilaciones, Alcoa ofrece aplicarlas a todos los empleados de La Coruña y Avilés que el 31 de diciembre tuvieran 57 años o más. Además de la prestación por desempleo se les asegurará un complemento para alcanzar el 70% de la retribución neta. Esta medida, estimó Alcoa, daría «solución» a otros 22 empleados.
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