Secciones
Servicios
Destacamos
SANDRA S. FERRERÍA
OVIEDO.
Jueves, 4 de marzo 2021, 01:53
El 28 de agosto de 2020 marcará la historia reciente de Duro Felguera. Ese día, la ingeniería asturiana solicitaba un rescate de 100 millones de euros, que se ampliaría hasta los 120 en diciembre, al fondo de rescate de la Sociedad Estatal de Participaciones ... Industriales (SEPI). Lo hacía para salvar su futuro, lastrada por problemas previos a la pandemia que se agudizaron con la llegada de la covid en un año que cerró con 1.173 trabajadores y unas pérdidas de 171 millones de euros. Lejos quedan los años en los que la compañía asturiana llegó a emplear a 25.000 personas, pero sigue muy presente la importancia y capacidad tractora de una firma que en sus 160 años de historia ha tenido que adaptarse a muchos cambios y sortear varias crisis que amenazaron su viabilidad.
La empresa, fundada bajo la denominación de Sociedad Regular Colectiva Duro y Cia por el riojano Pedro Duro Benito en 1857, ha sufrido a lo largo de su historia grandes hitos, pero también varias crisis. En 1875, Duro producía un tercio del hierro del país, pero una década después, tras el fallecimiento de su fundador en 1886, la siderurgia asturiana entró en crisis por la competencia de las nuevas fábricas del País Vasco. En 1900, los socios de la firma asturiana la transforman en la Sociedad Metalúrgica Duro Felguera con el objetivo de redimensionarla, dar entrada a nuevos capitales y diversificar su actividad.
Dos décadas después se convierte en la mayor empresa carbonera del país. La compañía continúa creciendo y llega a emplear en 1960 a 25.000 trabajadores. Pero la minería del carbón en la región comienza a vivir momentos difíciles por la competencia del mineral de importación y de los combustibles líquidos con precios bajos. Como respuesta, entre 1966 y 1967 Uninsa y Hunosa absorben las actividades siderúrgicas y hulleras de Duro, y la empresa se ve obligada a reorientar su actividad hacia la construcción y montaje de bienes de equipo para la industria y abrirse a la internacionalización.
La diversificación de negocios y la ampliación de su presencia en mercados exteriores desemboca en 1991 en su transformación en el 'holding' Grupo Duro Felguera. Dos años después, la compañía presenta pérdidas millonarias y llega uno de los grandes conflictos laborales en la historia de Duro, y también en la de Asturias. En septiembre de 1993 planteó un expediente de extinción para despedir a 232 trabajadores de Felguera Melt y el Taller de Barros, lo que desencadenó una larga movilización con barricadas, destrozos, huelgas de hambre y un encierro de 318 días en la Catedral de Oviedo, con visita incluida del arzobispo Gabino Díaz Merchán, quien en una imagen ya mítica aparece sosteniendo un gomeru. Además, cinco empleados se encerraron en el salón de plenos del Ayuntamiento de Langreo iniciando una huelga de hambre por el despido de sus compañeros. En 1995 la compañía pasa a llamarse Duro Felguera S. A.
No acabaron así los problemas. Poco después tuvo que hacer frente a la salida del Banco Central Hispanoamericano del accionariado, así como del conglomerado alemán Metallgensellschaft, y a la búsqueda de empresarios asturianos que entraran en su capital y formaran un núcleo de socios que aportaran estabilidad al grupo. En los últimos años, Duro arrastra problemas. Entre 2011 y 2017, capitaneada por Ángel Antonio del Valle, la empresa asumió contratos de enorme envergadura y alto riesgo. También ha tenido que afrontar problemas con la justicia por el pago de presuntas mordidas a altos cargos del Gobierno de Hugo Chávez en Venezuela, además de una reclamación de Hacienda de 122 millones de euros correspondiente a los ejercicios 2010-2012.
En 2018 Duro vivió un proceso de reestructuración, que supuso una ampliación de capital de 125 millones y una quita de 233, y que se quedara con una deuda de 85 millones de euros con Santander, Liberbank, BBVA, Bankia, CaixaBank, Sabadell y Banco Cooperativo. En 2019 la situación financiera de Duro Felguera no mejoró y se inició la búsqueda de un socio industrial que no fructificó. El objetivo ahora es reforzar a la compañía asturiana para evitar el concurso de acreedores, una situación a la que parecía estar abocada dada su falta de liquidez y la imposibilidad de afrontar pagos inminentes. El rescate de la SEPI llega para salvarla.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.