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En 1958, Amador Sierra Fernández fundaba en el centro de Gijón, junto a su hijo, la empresa Obrerol, especializada en vestuario laboral y con la ... que comenzaron a fabricar prendas vaqueras. No era nuevo en el negocio, ya en los años veinte, tras haber emigrado desde los Oscos a Cuba, había montado en Camagüey un taller de costura para producir camisas y pantalones. 66 años después, sus nietos, recogerán en octubre el Premio Familia Empresaria de Asturias, que convoca la Asociación de la Empresa Familiar Asturiana (Aefas). En su fallo, hecho público ayer, destaca el «compromiso con la calidad, la innovación, la sostenibilidad y la excelencia» de la compañía, cuya marca comercial es Monza, nacida en 1964.
En la actualidad, Obrerol cuenta con una plantilla de 33 personas, un 98% fijas. Además, sumó en 1967 Laboral San Antonio, una tienda física en un local emblemático del centro antiguo de Oviedo, que en los años 80 abandonó la producción propia para reunir la gama más completa de vestuario laboral del mercado local y regional. En 2020 abrió su tienda 'online' y, además de contar con cinco puntos de venta físicos, el equipo de e-commerce ya está formado por 17 personas.
Este galardón «nos insta a continuar en la excelencia empresarial, a mantenernos a la vanguardia de las prácticas sostenibles, la responsabilidad social corporativa y a seguir trabajando en la continuidad de nuestra compañía», expresó a este periódico Amador José Sierra Sánchez, actual gerente de Obrerol y uno de los nietos de Amador que llevan las riendas del grupo. El hecho de que el premio llegue de otras empresas familiares es aún más gratificante porque «saben de primera mano el esfuerzo, sacrificio y dedicación que implica continuar con el legado familiar que ha ido creciendo poco a poco, generación tras generación». La cuarta ya está incorporada al negocio.
«Algo que caracteriza mucho a las empresas familiares es el compromiso y la lealtad tan elevada de sus empleados», subraya también el gerente de Obrerol, que recuerda que la antigüedad media de sus trabajadores es de 15 años. Esa cultura de esfuerzo, de creación de tendencia, innovación, compromiso, de valores enfocados en la confianza son también otros aspectos que diferencian a un tipo de compañías «con una perspectiva a largo plazo, priorizando la sucesión generacional». Porque mantener vivo el legado de Amador «es una gran responsabilidad», apunta Sierra Sánchez, a la vez que «una enorme satisfacción».
Su testigo lo han ido recogiendo sus descendientes, que han sabido adaptar el negocio hasta la actualidad, en la que se fabrican prendas para distintos sectores, adaptadas a la moda, sin olvidar la comodidad y la calidad. Y ya hay otra generación que llama a la puerta. «A través del programa Jóvenes Accionistas buscamos transmitir los valores de la familia y de la empresa: el trabajo bien hecho, el esfuerzo y, sobre todo, nuestra cultura de saber hacer». De hecho, Aefas destaca en su fallo la «cohesión y unidad» familiar.
Asimismo, el jurado, presidido por el presidente de la asociación, Íñigo Cabal, recalca también la presencia de mujeres en su fuerza laboral, un aspecto que viene desde sus orígenes, y la especial atención que dedica a «fomentar la igualdad de oportunidades, así como a favorecer la conciliación laboral» y a retener el talento. Además, en sus procesos también incluye la sostenibilidad y apuesta por la reducción, reutilización y el reciclaje.
No obstante, todo no es un camino de rosas. En estos 66 años han pasado por todas las fases posibles, cambios económicos y sociales que les han obligado a reinventarse. Seguir desde Asturias, reconocen, no siempre es fácil, aunque su apuesta con la comunidad «es firme».
Sobre todo, lamentan las dificultades con el transporte y las comunicaciones. «Estamos lejos para captar sectores como los que tienen un mayor peso en el Mediterráneo», explica el gerente de Obrerol, que también considera que falta formación específica de perfiles más técnicos dentro del sector textil, «lo que nos hace tener que buscar profesionales de fuera de la región a los que conseguimos atraer gracias a la calidad de vida que ofrece el Principado». Sin embargo, insiste en su compromiso con Asturias, «donde están nuestros orígenes» y donde quieren seguir manteniendo vivo el legado de Amador Sierra.
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