La SEPI rescata a Volotea, con base en Asturias, con 200 millones

Así le fue comunicado ayer a la aerolínea, con base en Asturias desde el año 2017, que había demandado el crédito participativo en noviembre del año pasado. El carácter «estratégico» de la compañía, tanto por el número de empleos directos e indirectos que genera en España como por las rutas y conectividad que ofrece con ciudades medianas y con las islas, ha sido determinante a la hora de adoptarse esta decisión. Los accionistas, por su parte, van a aportar un préstamo participativo adicional por 10 millones. Esta financiación facilitará a la sociedad afrontar sus necesidades operativas y acometer sus planes de crecimiento orgánico.

Volotea compite en el segmento del bajo coste en Europa y era una de las referencias que emergía con más fuerza antes de que la crisis sanitaria. No en vano, antes de la pandemia, la aerolínea, creada en 2011, ya había conseguido sumar cinco años de rentabilidad, así como seis años de caja positiva gracias a su estrategia de conexión entre ciudades medianas españolas y europeas y una gestión y operativa excelentes.

La compañía ha lanzado para este 2022 su mayor oferta histórica de plazas y rutas, volando a un centenar de ciudades de 16 países europeos. En Asturias, se ha hecho con los contratos de apoyo a las rutas de Lisboa y Milán. Lo hará con una cartelera de tres vuelos semanales en verano y dos en invierno. En total, serán 11 millones de asientos, lo que se traduce en casi el 40% más de lo ofertado en 2019 y espera, al menos, transportar más de nueve millones de pasajeros este año, un 32% más del récord anual alcanzado en 2019 cuando la cifra fue de 7,6 millones. En número de rutas, habrá un aumento de un 20% respecto a 2019, lo que se traduce en 387, casi la mitad, exclusivas.

En España, la aerolínea ofrecerá un total de 94 rutas contando 10 nuevas abiertas a inicio de año y 47 exclusivas, «mejorando la conectividad de ciudades españolas y dinamizando el turismo». En el año de la reactivación del sector también ha sumado seis nuevos aviones, hasta alcanzar una flota de 41 aeronaves.

Siguen a la espera de ese apoyo, sin embargo, otras empresas de relevancia en Asturias, como Imasa e Isastur, mientras se complica la ayuda para Celsa, propietaria de Trefilería de Moreda. La siderúrgica de la familia Rubiralta rechazó el lunes la propuesta de los fondos acreedores por ser incompatible con el rescate de la SEPI, de 550 millones de euros, y que incluye controlar el 49% de las acciones, además de la aplicación de 450 millones de euros procedentes de la ayuda pública y aportación privada al repago de deuda y la creación de un nuevo instrumento convertible por importe de 900 millones con un tipo de interés anual del 10% y emitido fuera de España.

UGT y CC OO instaron ayer a los acreedores de Celsa a adherirse a los acuerdos y a facilitar la entrada de la financiación pública en la compañía. Los sindicatos consideran que el apoyo de la SEPI es «un hecho fundamental» para el mantenimiento del modelo industrial que garantiza la reinversión de recursos y el mantenimiento de empleo estable.