El Principado media con el ICO y la Agencia de Crédito a la Exportación para ayudar a Duro Felguera

Por ello, la Consejería de Transición Ecológica mantiene «una interlocución permanente» con la SEPI, a través de un grupo de trabajo específico que hace un seguimiento de las ingenierías, «porque no es un problema único de Duro», apuntó la consejera Nieves Roqueñí. Como ya publicó este periódico, las ingenierías especializadas en proyectos llave en mano, con gran peso en la región, están en una situación muy compleja por la falta de financiación. Así, en conjunto se evalúa la situación y se buscan herramientas que ayuden a la empresa asturiana. Los contactos incluyen también a Industria para analizar soluciones financieras a través del ICO y de Cesce, con el fin de aliviar las tensiones de tesorería de Duro Felguera. Ambas administraciones trabajan para «activar de manera rápida todas las cuestiones relacionadas con estos créditos y avales para salvar esta situación», aseguró Roqueñí. El tiempo corre en su contra y la ingeniería necesita abordar un plan de reestructuración que cuente con el visto bueno de sus acreedores para salir airosa.

Para colmo de males, «el voto negativo del PP a la convalidación del decreto ómnibus en el Congreso ha agravado las dificultades de esta firma y de otras ingenierías asturianas», lamentó la consejera. El hecho de no contar ya con la medida que permitía que las empresas «tuviesen tiempo de reconfigurar todos los préstamos y otras cuestiones financieras» deja a Duro Felguera en una coyuntura «en la que puede entrar en causa de disolución», advirtió. Según fuentes conocedoras de la situación, computar ahora los 171 millones de euros de pérdidas registrados en 2020 obligaría a la compañía a tener que solicitar el preconcurso de acreedores, lo que ya hizo el pasado mes por otra circunstancia, en concreto, por la reclamación de 413 millones por parte de la argelina Sonelgaz debido a la paralización de las obras de la central de ciclo combinado de Djelfa.

Al encontrarse ya en este proceso, tiene de plazo el mes y medio que le resta –son tres en total– para equilibrar su patrimonio y evitar así la disolución. Es decir, que la ausencia de este colchón añade más problemas a la hora de cuadrar las cuentas –con la llegada de más liquidez y prórrogas de los plazos para devolver la deuda–, pero la amenaza de extinción ya estaba ahí.

Por su parte, la SEPI analiza en profundidad las propuestas de la ingeniería asturiana para lograr su salvación, que incluyen la posible capitalización de los créditos aportados por el organismo público y, en consecuencia, que este se convierta en el accionista mayoritario de Duro, control que ahora tienen los inversores mexicanos, Prodi y Mota-Engil. Sería su segunda salvación a cargo de la sociedad estatal, ya que la compañía recibió 120 millones de euros de ayuda pública en 2021, procedentes del Fondo de Apoyo a la Solvencia de Empresas Estratégicas.

A la par que colabora con las administraciones para encontrar una solución, Duro Felguera trabaja intensamente en su reestructuración para lograr su viabilidad. De ahí que se encuentre inmersa en la revisión de todos sus contratos y la aplicación de medidas de racionalización del gasto, siempre y cuando no afecten a sus capacidades operativas. Como consecuencia de este proceso de ajuste y renegociación de contratos, la ingeniería ha decidido abandonar una obra en Portugal correspondiente a la línea de negocio de Servicios –integrada por las filiales DF Operaciones y Montajes y DF Mompresa– por las diferencias con el cliente, con quien no ha sido posible alcanzar un acuerdo.

«La vocación, y la trayectoria centenaria de Duro Felguera así lo atestigua, es terminar exitosamente todos los proyectos pero eso, obviamente, no resulta factible cuando las condiciones contractuales son desfavorables», explicaron fuentes de la empresa a este periódico.