LAURA CASTRO
GIJÓN.
Sábado, 1 de junio 2019, 02:11
El ritmo de producción cayó primero en los hornos altos y en el tren de bandas en caliente y ahora le ha llegado el turno a la acería de Avilés, que tendrá que reducir un 20% su rendimiento, de 45 coladas a 35. Arcelor continúa así adelante con los recortes de 700.000 toneladas anunciados para las plantas asturianas, lo que supone un 16% del acero sólido que producen y que ascendió a 4,2 millones de toneladas el año pasado. Hace unos veinte días ejecutaba el primero de ellos en los hornos altos lo que ha provocado una rebaja de la cantidad de arrabio que llega a la acería avilesina que, por tanto, debe también menguar su producción.
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La medida, que se pondrá en marcha en los próximos días, implica el cese de seis eventuales contratados para cubrir las tandas de vacaciones y también la regulación por turnos rotatorios de doce trabajadores. La empresa prevé mantener este ajuste, al menos, hasta octubre, cuando está prevista la parada de la acería para acometer la segunda fase de la reforma de la instalación. Sin embargo, podría alargarse más dado que Arcelor confirmó este jueves que ampliará indefinidamente la parada del horno alto 'B' de la planta de Gijón.
Todos estos recortes encadenados seguirán su curso y «se irán trasladando aguas abajo», tal y como indicó Raúl Cueto, secretario general de la sección sindical de UGT de Arcelor de Avilés. Sin embargo, desde CC OO, insisten en que las medidas que está tomando la multinacional son excesivas. «Ya estamos hablando de la rescisión de eventuales, es decir, de una pérdida neta de empleo», criticó José Manuel Castro, secretario general de CC OO en Arcelor.
No obstante, las medidas que ha puesto en marcha la compañía para hacer frente a unas condiciones de mercado adversas no han afectado a los resultados del primer trimestre, que únicamente han registrado una bajada en autos del 10% y en hojalata, por las paradas derivadas de la caída de pedidos. El impacto de los recortes se notará más, por tanto, en los resultados del próximo trimestre y en los sucesivos. Así se lo trasladó ayer la empresa que, aunque mantendrá las inversiones previstas para las plantas asturianas, insiste en controlar el gasto. La situación, asegura Cueto, recuerda a la de 2016, cuando el acero chino irrumpió en la Unión Europea tirando los precios con una competencia desleal. «Hay mucha incertidumbre en los mercados y es urgente que se tomen medidas, tanto en la Unión Europea, con el arancel medioambiental, como en España, con los costes por emisiones de CO2 y los precios de la energía», subrayó.
A pesar de que reconoce que «hay elementos que invitan a preocuparse», José Manuel Castro insistió en que «las explicaciones que da la empresa no justifican las medidas de recorte que están tomando». Aseguró que la empresa «oculta los datos económicos y productivos que confirman la gravedad del problema» e indicó que los datos que arroja la patronal siderúrgica europea Eurofer «desmienten» muchos de los argumentos de Arcelor.
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Además, Castro cree que la empresa «se contradice» a la hora de facilitar información. «No sabemos cuánto están importando, pero nos dijeron que los desbastes que traían de Brasil eran para el tren de bandas en caliente y resulta que tenemos constancia de que también van para el tren de chapa gruesa», criticó. «Tenemos muchas dudas. La situación no está tan mal como nos pretenden hacer creer», agregó.
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