Pablo Martín, en las oficinas de Renta 4 Banco en Madrid, tras la presentación del nuevo plan estratégico de Izertis. IÑAKI MARTÍNEZ

«Se necesita un ecosistema más favorable para las empresas, no son el enemigo»

«El déficit de mano de obra no es solo un compromiso político, sino una cuestión social y el conjunto de la sociedad ha de verlo como un reto»

Domingo, 23 de abril 2023, 02:24

Pasar una semana entera en Gijón vuelve a ser algo prácticamente imposible para Pablo Martín (Gijón, 1973). El CEO de Izertis recuperado la intensidad empresarial que le había arrebatado la pandemia, y que ahora se multiplica con los exigentes planes de futuro que la consultora ... tecnológica, que cotiza en el BME Growth, se ha fijado, que prevén lograr 250 millones de ingresos en 2027 (en 2022 fueron 92), «un escenario que podemos alcanzar».

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– «Haremos cosas aún más grandes y lo más importante está aún por venir». Así cerró en Madrid su presentación del nuevo plan estratégico. Toda una declaración de intenciones. ¿En qué piensa?

–Ser capaz de crear una compañía que haga su 'delivery' de manera global, hacer llegar nuestros servicios a los principales mercados desarrollados, Europa y EE UU. Aunque hemos hecho proyectos y tenemos clientes en esos mercados, otra cosa es hacer un 'delivery' global. Tenemos que seguir creciendo en la escala de valor de esos servicios con tecnologías más potentes que nos permitan diferenciarnos. Y, por último, no solo es una cuestión de ser grandes y ganar dinero y 'conquistar el mundo' como decimos muchas veces en plan de broma. Se trata de hacer cosas grandes.

–¿A qué se refiere?

–Soy de los que creo que es totalmente compatible creer un compañía que gane dinero, que es la misión fundamental de una empresa, y hacer cosas que a la vez sean buenas. Soy un firme convencido de un capitalismo consciente, del siglo XXI, de un capitalismo humanista, y para darle un mayor propósito a las empresas y poder integrarse mejor dentro de la sociedad y de los puestos que ocupan es importante que tengan un propósito mayor que solo ganar dinero. Debemos buscar metas mayores. Ser capaces de añadir valor al conjunto de la sociedad mediante el uso avanzado de tecnologías puede servir para dinamizar los ecosistemas laborales o formativos de una región en la que logras implantar centros de servicios; o poder proveer soluciones más avanzadas que ayuden a dinamizar industrias. Poner en el mercado global a regiones o actividades es un propósito mayor que ganar dinero.

–Asegura que soplan huracanes de cola para las tecnológicas. ¿No temen un nuevo pinchazo?

–Estamos en un proceso de transformación digital real que ya no tiene marcha atrás. Quizás el reto más importante es de dónde obtener todos los recursos necesarios para hacerlo. Recursos económicos, pero, sobre todo, humanos. Gartner, principal consultora del sector, pronosticaba que para esta década que el crecimiento rondaría el 10%, que es aproximadamente el doble de lo que habíamos venido creciendo en las décadas anteriores. Y yo creo que va a ser superior. Por lo tanto, es más que realista pensar que nos queda recorrido para muchos años. Incluso con la introducción de otras tecnologías vemos como esos saltos pueden encadenarse uno detrás de otro. Etapas que se van cumpliendo y que a la vez disparan nuevas etapas a realizarse.

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–Habla de ese déficit de mano de obra. ¿Hay solución?

–Es una solución compleja porque el problema en origen es múltiple. Primero tenemos un problema demográfico claro, un problema de España y de los países desarrollados. Nuestro crecimiento demográfico no solo es pequeño sino que en el caso de España es negativo, hay cada vez menos jóvenes, y por tanto cada vez hay menos que puedan optar a una profesión determinada. Además, estamos observando una ausencia de vocaciones STEM o tecnológicas. Lo vemos en la universidad, donde muchos no eligen esas carreras simplemente porque las consideran menos asequibles. A lo que hay que sumar un ecosistema innovador y tecnológico alrededor que no es el más adecuado para generar esas inquietudes. Hay un problema tremendo, que a corto plazo solo se puede solucionar de una manera: abrir el mercado y dejar que accedan masivamente, trayendo profesionales de fuera. Y a medio y largo plazo la única solución posible es crear vocaciones, que no se crean en la universidad, sino desde la más tierna infancia. Se necesita un compromiso serio y real para impulsar una sociedad mucho más científica. No es un problema de dinero, si no de determinación. Tenemos que generar talento STEM.

–La teoría la sabemos, pero no vemos la práctica. ¿Por qué?

–El problema es que tenemos que dejar de hablar y pasar a hacer, pero hacerlo con determinación. El gran mantra de Yoda 'hazlo o no lo hagas pero no lo intentes'. Esto es lo mismo. Pero es un compromiso que no solo debe ser una cuestión política, es una cuestión social y el conjunto de la sociedad ha de verlo y asumirlo como un reto y como algo que puede ayudarla a transformarse y crear mucho valor.

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Escenarios realistas

–¿No es demasiado ambicioso el nuevo plan estratégico de 2027?

–Nosotros somos tremendamente exigentes hacia dentro y tremendamente prudentes hacia fuera. Cuando asumimos compromisos con los accionistas y les proporcionamos un 'guidance' al mercado tratamos de ser realistas. Pero el plan de 250 millones para 2027 y 33 de ebitda no es el mejor de los escenarios que preveemos. Es con el que estamos comprometidos y que podemos seguro alcanzar.

– «Integrar compañías es un deporte de riesgo». También lo dijo usted. A Izertis le va la marcha, ¿no?

–Estamos en un proceso continuo de oportunidades de compañías interesantes que podemos integrar, que no tiene principio ni fin. Esperamos que en los próximos meses podamos anunciar alguna nueva operación y en los próximos años sigamos realizando operaciones de este tipo, porque además es una necesidad. El sector en España, como casi todos, está tremendamente atomizado. Es demasiado pequeño para sobrevivir y ser eficiente. Siempre hablamos de las pequeñas empresas como algo muy bonito, y son algo muy bonito, a cuidar, pero que tienen una misión que es crecer porque sino en algunos sectores y en algunos casos peligra su supervivencia y sobre todo peligro su capacidad de generar valor real. Tenemos que buscar masas críticas, tamaños que las hagan más eficientes. Deberíamos hacernos la pregunta de por qué sucede y qué tenemos que cambiar para que suceda menos, porque en otros países de Europa no es así y tendremos que ver.

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- ¿Es un problema exclusivo de España?

-Europa es un universo de pymes. Hay más pymes en Europa que en otras regiones del mundo. Dentro de ella, en el sur las pymes son más pequeñas que en el conjunto, y en España son aún más pequeñas. ¿Qué lleva a que en unos países el tamaño medio de las compañías sea más pequeña? No hay una respuesta sencilla ni única. Habrá muchos temas y algunos serán complejos e incluso sociales, pero también hay cuestiones regulatorias, normativas, fiscales, organizativas, financieras, que pueden propiciar más o menos que se creen estructuras más grandes. Es imprescindible que trabajemos en crear organizaciones que puedan invertir, pagar y retener talento, que puedan internacionalizarse, implantar tecnología, innovar, investigar, pero para eso se necesitan empresas que tengan tamaño y capacidad porque una pequeña empresa todas esas cosas le son muy lejanas. En nuestro sector de la consultoría tecnológica y de la tecnología en general las empresas son muy pequeñas. En España las empresas son demasiados pequeñas. No tienen la estrcutura necesaria para acceder a financiación, y para poder competir en las ligas globales. Por ese motivo se está produciendo un proceso de consolidación continuo en el que nosotros participamos en un actor principal. Nos hemos propuesto ser una, no la única, de las empresas que está desarrollando esos procesos de crecimiento al que aún le queda mucho recorrido.

–Hasta ahora es Izertis quien integra a otros, pero ¿puede ser ella la integrada?

–No es algo que esté en nuestra vista ni en el corto ni en el medio plazo, pero nuestra misión es crear valor a largo plazo para los accionistas, los trabajadores y el conjunto de la sociedad. Si creyéramos que en algún momento en un proceso de integración pudiéramos cumplir con eso, ¿por qué no? Pero no creo que en un horizonte temporal cercano podamos pensar todavía en eso, nos queda mucho recorrido para llegar a ese punto. Pero quizá algún día sea algo que tengamos que poner encima de la mesa y discutir.

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–Cuando salieron al mercado alternativo calculaba 5 años para dar el salto al continuo. Le quedan dos años. ¿Mantiene plazos?

–Por supuesto. Nosotros no prometemos nunca nada que no cumplamos. Vamos a estar en el mercado continuo porque es nuestra decisión y es lo que prometimos y en lo que nos comprometimos. Ahora bien el momento exacto no depende solo de cuándo queramos nosotros, si no de cuándo es el momento óptimo para la compañía. Estamos muy cerca.

–En sus planes de expansión internacional fijó los 'hubs' de Iberia y México como base de operaciones para los mercados europeo y americano. ¿Se fijan en alguna zona concreta?

–Estamos pensando más en ciudades. El mundo cada vez más se polariza alrededor de grandes zonas metropolitanas que conforman hubs económicos muy potentes. Nuestros clientes potenciales son empresas grandes o muy grandes y suelen estar alrededor de esas grandes ciudades. Si pensamos en potenciales sitios se nos viene a la cabeza Londres, Frankfurt o Milán como alguno de los destinos, sin querer decir que sean esos específicamente.

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–E Izertis seguirá en Asturias-

–Es una decisión emocional. Mientras yo esté al frente de la compañía, y los accionistas así lo decidan, siempre estará en Asturias.

–¿Y la situación para las empresas en la región le satisface?

–Un empresario es a veces como un pescador. No se pregunta cuáles son las condiciones meteorológicas para salir a la mar. Las mira, pero tiene que salir y punto, porque si no sale no vuelve con pesca y no lleva dinero a casa. Esto es un poco lo mismo. Los empresarios y las empresas tenemos que hacer nuestros negocios en las condiciones más favorables y en las menos. Es bueno conocer las condiciones a las que nos enfrentamos, pero independientemente tenemos que hacerlo. ¿Asturias es la región más 'business friendly' que nos podemos encontrar? Es evidente que no. Es algo que no admite discusión. Sería realmente importante que nos convirtiéramos en una región que fuera capaz de convertirse en punta de lanza de desarrollo tecnológico y atracción de talento y de industrias, pero para eso hay que dejarse de temas políticos y centrarse realmente en lo importante. No es un tema de dinero, de subvenciones, de recursos, es un tema de mentalidad. Las empresas no son el enemigo, o el problema, son parte de la solución del problema y tenemos que dar el ecosistema más favorable para que esas empresas se puedan desarrollar y crecer. Y cuidado que vivimos en un mundo global, cada empresa, idea o proyecto puede escoger dónde decide empezar. Y si estamos muy alejados de esas mejores prácticas u oportunidades nos estaremos perdiendo muchas cosas.

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