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El multimillonario finiquito que recibirá José María Álvarez-Pallete tras su salida de la presidencia de Telefónica, 35 millones de euros, le abre la puerta al selecto club de las mayores indemnizaciones de España, actualmente copado por banqueros, pese a recibir casi 20 millones ... menos que su predecesor en el cargo, César Alierta.
El ejecutivo podrá embolsarse unos 23 millones en concepto de compensación económica por extinción de la relación laboral de hasta cuatro anualidades, incluyendo la retribución fija y variable, según las condiciones de su contrato de alta dirección, que aparecen reflejadas en el Informe de Remuneraciones del Consejo de Administración de la compañía. A esta cantidad hay que añadir el importe de un plan de pensiones de unos 12 millones de euros recogido en el último informe anual de gobierno corporativo de 2023.
Alierta, su antecesor en la firma de telecomunicaciones, percibió una indemnización a su salida de Telefónica en 2016 de 54,2 millones de euros, una cuantía a partir de un plan de pensiones y un sueldo anual de medio millón de euros mientras mantuvo su asiento como miembro del consejo de administración. La indemnización por despido de Pallete iguala los 23 millones que recibió Pablo Isla a su salida de Inditex, aunque la remuneración final alcanzó los 27 millones al sumar un plan de pensiones de 9,4 millones ni cerca de otro millón por las acciones que fue acumulando en su carrera en la textil de Amancio Ortega. También se queda por encima de las indemnizaciones que percibieron otros ejecutivos de su compañía como Juan Villalonga tras haber sido consejero delegado entre los años 1996 y 2000, o Julio Linares en 2012, con 27 y 25 millones, respectivamente.
No obstante, las remuneraciones de Telefónica tras el cese de sus directivos se quedan a varias decenas de los abultados finiquitos del sector bancario y, en concreto, del Grupo Santander. El vicepresidente primero y consejero delegado del SCH Álvaro Corcóstegui batió el record, no sin polémica, con una remuneración de 108 millones. Su salida, al igual que la de José María Amusátegui, con 43,7 millones, ilustró la contienda entre las dos cúpulas, la del Banco Santander y la del Central Hispano, para dominar la nueva entidad y en la que finalmente se impuso Emilio Botín.
Le siguen Alfredo Sáenz, segunda mayor pensión de la historia de España, 88,1 millones de euros, y Francisco Luzón, con una indemnización bruta de 65 millones. Este último, número 3 de Santander en 2013, cobró 45 millones en ese momento y los 20 millones restante en 2017, después de un proceso judicial contra el propio Sáenz tras postularse para sustituirle como consejero delegado.
Por detrás de los ejecutivos de Santander, el actual presidente de CaixaBank, José Ignacio Goirigolzarri, percibió tras su salida por jubilación anticipada cuando tenía 55 años como consejero delegado de BBVA, entre los años 2001 y 2009, 53 millones BBVA. Su sustituto en la entidad vasca en 2009, Ángel Cano, recibió a su salida 45 millones de euros.
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