

Secciones
Servicios
Destacamos
MIRIAM SUÁREZ
GIJÓN.
Viernes, 23 de diciembre 2022, 01:47
Duro Felguera ha tenido un 2022 difícil. «Crítico», en palabras de su consejero delegado, Jaime Argüelles. Pero la evolución de la compañía «ha sido moderadamente ... buena» en este segundo semestre, así que las perspectivas para el año que está a punto de comenzar invitan al optimismo. O al menos eso se deduce del mensaje que Argüelles trasladó ayer a la plantilla con ocasión de las fiestas navideñas.
El consejero delegado de Duro, que se encontraba en Madrid y se dirigió a los trabajadores de forma telemática, planteó el 2023 como «un año clave» para la empresa, que lleva meses tratando de salir del túnel en el que se encuentra inmersa. Confía, asimismo, en que «podamos empezar a hablar de estrategia de crecimiento en lugar de supervivencia», aunque, a día de hoy, siga en vigor un plan de viabilidad que incluye, entre otras medidas, un «doloroso» ajuste de la plantilla.
Ayer, la empresa agradecía el compromiso y «responsabilidad social» de los trabajadores ante el expediente de regulación de empleo que se está aplicando desde finales del mes de noviembre. El ERE afecta a 180 personas en Asturias -más 40 en el extranjero-, de los cuales ya han salido de la compañía en torno a 70. Jaime Argüelles lamentaba haber tenido que recurrir a despidos, pero insistió en que la media «es difícil, pero inevitable» en el momento actual.
Se remitió a la guerra de Ucrania y a las tensiones diplomáticas con Argelia -y sus consecuencias económicas- para explicar el porqué de los apuros que está pasando la compañía. Los negocios de Duro «se resintieron» y «nos ha costado volver a la contratación», expuso Argüelles, que no dejó de reconocer, aun manteniéndose positivo, que todavía hay por problemas por resolver y no se pueden lanzar las campanas al vuelo. En cualquier caso, «las perspectivas para 2023 son buenas», señaló en el encuentro telemático, y con carácter interno, que ayer mantuvo con la plantilla.
Por un lado, explicó, Duro Felguera ha vuelto a posicionarse en el mercado y ya está contratando proyectos de una forma «bastante normalizada». Hace un mes, de hecho, se hacía con un contrato de 74 millones de euros para construir una planta de procesamiento en una mina de plata de Marruecos. Y por otro lado, las perspectivas de futuro para los sectores en los que trabaja la compañía «son buenas a nivel mundial», lo que podría abrir nuevas oportunidades de negocio en campos relacionados con las energías renovables -Duro Felguera proyecta en El Musel la fabricación seriada de cimentaciones para eólica marina- o con las nuevas tecnologías y la innovación.
Los objetivos del grupo empresarial asturiano de cara a 2023 pasan por ir a más en la cartera de pedidos y por implantar formas de trabajar «más eficientes», dentro del plan de transformación emprendido por la compañía para tratar de ser más competitivos. También, y muy importante, por cerrar las negociaciones que los máximos responsables de la empresa mantienen desde hace meses con inversores industriales. Una lista corta de socios estratégicos, según se comunicó en su día a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), que aportarían solvencia financiera y carga de trabajo a Duro Felguera.
Consciente de que este asunto preocupa a la plantilla, por lo que supone para la viabilidad futura de la empresa, Jaime Argüelles habló ayer de las negociaciones, pero sin entrar en detalles, debido a la estricta confidencialidad con la que tienen que desarrollarse estas operaciones cuando se trata de empresas que cotizan en Bolsa y están bajo el control de la CNMV. «Vamos por el buen camino», se limitó a decir el consejero delegado de Duro, una de las pocas personas de la compañía que conoce de primera mano el desarrollo de las negociaciones.
La dirección de la empresa espera «tener noticias positivas al respecto en breve». La entrada de nuevos socios forma parte del plan de viabilidad que marca los pasos de Duro Felguera desde que recibió, en 2021, una ayuda de 120 millones de euros de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI). El rescate se llevó a cabo con cargo al Fondo de Apoyo a la Solvencia de Empresas Estratégicas, habilitado para aliviar los efectos de la pandemia de covid-19. El Principado complementó esa aportación pública con otros 6 millones de euros. Que estallase la guerra de Ucrania en febrero complicó la recuperación de la compañía más de lo previsto.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Recomendaciones para ti
Favoritos de los suscriptores
El Sporting de Gijón destituye a Rubén Albés
José L. González
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.