La dirección de Duro pide «ayuda» a los trabajadores para conseguir «un futuro robusto»

«Una decisión dura y difícil, pero absolutamente imprescindible para que Duro Felguera gane en competitividad y rentabilidad y se convierta en una empresa atractiva para colaboradores, clientes, accionistas e inversores», según la dirección de la compañía, que en estos momentos está negociando la entrada de «uno o varios» socios industriales. Argüelles trasladaba a la plantilla todos estos argumentos que ya se plasmaban en una comunicación interna de la compañía. Lo hacía en una reunión telemática convocada este mismo lunes, después de la asamblea que los trabajadores de Duro Felguera S. A. celebraron con sus representantes sindicales para analizar la propuesta de despido colectivo.

«Es inadecuado. Éste es un momento para estar calladín», reprobaron algunos trabajadores, «cabreados» con la intervención del consejero delegado. Incluso hubo quien optó por darle plantón y no escuchar sus argumentos, poniendo de manifiesto el malestar que se respira en la plantilla. «La gente ya no se cree nada de lo que nos dicen», apuntaban representantes de los trabajadores, que encaran este ERE «con rabia y resignación».

La dirección de Duro Felguera transmite a la plantilla que la «mejor solución» es llegar a un acuerdo sobre un despido que se llevará a cabo de todas maneras. La propuesta definitiva que hay sobre la mesa supone, en su opinión, «una significativa» mejora con respecto al planteamiento inicial. El número de despedidos se ha reducido de 208 a 180 y se han mejorado las indemnizaciones, que se pagarán a razón de 28 días por año trabajado, con un máximo de 15 mensualidades.

Los representantes de los trabajadores deberán comunicar a la empresa el miércoles, si aceptan o no las condiciones planteadas. Para tomar una decisión, se consultará a la plantilla. En la matriz de Duro, se votará este martes, entre las 12 y las 16 horas, en sus oficinas del Parque Científico Tecnológico de Gijón. En la filial DF Operaciones y Montajes, se recabará la opinión de los trabajadores vía online, porque muchos de ellos se encuentran en obras fuera de Asturias y resulta imposible reunirlos de forma presencial.

El ERE, explicó Jaime Argüelles, «no es una medida aislada, sino que forma parte de una detallada y bien planificada hoja de ruta que se apoya en un proceso de profunda transformación, adaptación a los nuevos modelos de negocio y cambios en la forma de trabajar». Una hoja de ruta que «permitirá afianzar las bases de un futuro robusto y sostenible en el tiempo» intensificando la labor comercial para una mayor presencia internacional; reordenando sedes en el extranjero; recuperando la imagen reputacional; incorporando negocios «intensivos» en tecnología; y «apostando por el desarrollo de las personas, que es el motor de este proceso de transformación».

Esto último es una de las cuestiones que más ampollas ha levantado en la plantilla, que a día de hoy desconoce quiénes serán –con nombres y apellidos– las personas que tendrán que afrontar un despido.